Las mujeres de la segunda potencia mundial, al asalto del techo de cristal
Jèssica Martorell | Pekín
Cuando Jiang Lijui decidió montar su propia empresa en el sector tecnológico en China, al principio ocultó a sus clientes que era la jefa por miedo a los prejuicios machistas. Seis años después ha logrado derrotarlos al frente de un equipo que ha patentado tres innovaciones y ha duplicado el volumen de sus ventas. «Empezar fue duro», reconoce Jiang ante centenares de personas, la mayoría mujeres, en un foro sobre liderazgo femenino en Pekín, en el que su historia de éxito al frente de su «start-up» en Shenzhen -uno de los principales centros tecnológicos de China- muestra a las jóvenes presentes que es posible triunfar en un mundo copado tradicionalmente por hombres. Shirley Chen, directora ejecutiva del mayor banco de inversión chino, el China International Capital Corp (CICC), es otro ejemplo de ello. «La presión de la industria puede romperte», explica, debido a los continuos viajes y las largas jornadas laborales que complican la conciliación familiar.