La agricultura pierde fuelle en el empleo mientras la construcción se rearma
Se reducen más de un 4% los trabajadores del campo, el único sector que cae en 2017.
lucía palacios | madrid
El pasado año terminó con muy buenos datos —algunos dirían incluso excelentes— para el mercado laboral. La creación de empleo se impulsó a un ritmo superior al 3,4% —algo que no podrá igualarse en este ejercicio, donde sube a un nivel inferior al 3%— después de sumarse más de 6000.000 nuevos afiliados al sistema, la cifra más alta desde 2005, año que se vio afectado por la regularización extraordinaria de trabajadores extranjeros, según el Ministerio de Trabajo.
Pero hay otra estadística sobre empleo, que en este caso publicó esta misma semana la Agencia Tributaria sobre Movilidad Sectorial, que permite analizar no sólo los sectores en los que más puestos se han creado, sino además cuál ha sido el trasvase de trabajadores en cada sector. Aunque, eso sí, está limitada a los asalariados, es decir, los que trabajan por cuenta ajena, puesto que está elaborada a partir de datos de las declaraciones de la renta (IRPF); además, se excluye al País Vasco y Navarra por ser territorios forales. La primera conclusión que se extrae es que el campo fue el único sector que perdió personal el pasado año. Tiene 27.271 ocupados menos, a consecuencia de las casi 65.000 personas que salieron del sistema y de los más de 130.000 que decidieron cambiar a otro sector, quizá más pujante. La suma de ambos no pudo ser compensada por los 80.000 trabajadores que se dieron de alta en estas actividades, ni tampoco añadiendo los 87.000 que llegaron procedentes de otros trabajos.
De esta forma, mientras el empleo por cuenta ajena creció un 2,75% a nivel global, en el campo se desplomó un 4,17%. Pero, ¿dónde se fueron los más de 475.000 puestos que se generaron el año pasado? Y es que el número de asalariados pasó de los 17,2 millones en 2016 a los 17,7 millones en 2017. El sector que más se impulsó fue la construcción, que experimentó un avance del 6,5% el año pasado y ahora cuenta con casi 1,38 millones de empleados, frente a los 1,21 millones de 2014.
La crisis se cebó de forma especial con estos trabajadores, que vieron cómo pasaron de estar muy cotizados a quedarse muchos en paro. Fue consecuencia de la denominada burbuja inmobiliaria, que hizo que el negocio del ‘ladrillo’ se paralizara en los duros años de recesión. Ahora está en un momento de reactivación, como se refleja en el hecho de que la compraventa de casas creció casi un 16% el pasado octubre, el mayor avance desde 2007.