La huelga del taxi de Madrid se radicaliza
El disparo a un conductor de VTC eleva la tensión en un conflicto que se enquista.
melchor sáiz-pardo | madrid
La huelga del taxi de Madrid ya es histórica, tanto por su magnitud como su radicalidad. Nunca antes el gremio había parado tanto tiempo, nunca antes había protagonizado tantas acciones con esa unanimidad y nunca antes los conductores se habían mostrado tan violentos. El paro para exigir que se pongan trabas a los VTC cumple su primera semana. Siete días muy intensos en la calle, pero que no han provocado avances. Una decena de cortes de arterias claves de la ciudad «entre ellas la M-40, principal vía de circunvalación); una treintena de heridos entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes en las cargas de los antidisturbios; cinco detenidos y medio centenar de ataques vehículos de Uber o Cabifiy, según denuncian las asociaciones de VTC, no han cambiado mucho las cosas. Los taxistas que amenazaron el jueves pasado con acciones «más contundentes» parecen tener intención de cumplir su órdago. El conflicto ha ido, y amenaza con ir creciendo en intensidad. Y sobre todo en radicalidad. La Delegación del Gobierno contempla en las últimas horas con verdadera preocupación el cariz que están tomando los acontecimientos, sobre todo después de que la noche del sábado unos desconocidos dispararan, al parecer con un arma de perdigones o balines, a un conductor de VTC que circulaba por la Avenida del Mediterráneo en Madrid, una de las vías de acceso al centro de la capital. Según relataron fuentes del Sindicato Libre de Transporte, los atacantes se pusieron a la altura del vehículo de Uber y dispararon a bocajarro contra el conductor. Los impactos, según las imágenes facilitadas por el sindicato, destruyeron la ventanilla. El conductor, de 41 años, resultó herido en el hombro y en el brazo, aunque las lesiones son de carácter leve. El vehículo circulaba con un pasajero que resultó ileso en la acción. Solo un poco antes, se había conocido la denuncia formulada ante la Policía por otro conductor de VTC, en este caso de Cabify, que dijo haber sufrido una emboscada por otros taxistas en las inmediaciones de Ifema, que le lanzaron «balines», antes de que los manifestantes embistieran a otro vehículo VTC. En total, el sector de los VTC afirma haber sufrido más de centenar de agresiones en la última semana, mientras las cinco asociaciones convocantes de los paros recuerdan que uno de sus taxistas sigue en coma inducido tras ser arrollado por un VTC.