La banca tendrá más plazo para adaptarse a la nueva ley hipotecaria
Han transcurrido quince meses para que la iniciativa fuera aprobada en el Congreso.
j. m. camarero | madrid
Al límite. Así ha transcurrido la validación definitiva de la Ley de Crédito Inmobiliario que ayer recibió el voto favorable del Congreso de los Diputados pocos días antes de que se disuelvan las Cortes ante la convocatoria electoral del 28 de abril. España se jugaba una multa superior a los 110 millones de euros porque debería haber aplicado esta reforma, derivada de una normativa europea, hace tres años. Pero aún habrá que esperar, al menos desde el punto de vista práctico: la reforma hipotecaria no tendrá efecto hasta dentro de tres meses, esto es, hasta mediados de mayo. Esa fue la última novedad del trámite parlamentario, a instancias del PP -consiguió el apoyo de Ciudadanos, PDeCAT, UPN y Foro-, que pedía una ampliación de los plazos para que la banca pudiera adaptarse a todas las novedades incluidas en el texto.
Desarrollo reglamentario
El Gobierno ya tiene otra tarea acumulada para antes de las elecciones con el ‘hándicap’ de las Cortes disueltas en dos semanas: desarrollar reglamentariamente la norma hipotecaria, para que pueda ponerse en marcha sin problemas. La ministra de Economía, Nadia Calviño, afirmó ayer que harán «todo lo posible» para aprobar los textos necesarios en las próximas semanas.
Más de quince meses han tenido que transcurrir para que la iniciativa, presentada con retraso por el Ejecutivo anterior haya sido aprobada en la Cámara baja después de un periplo de negociaciones que se han acelerado en las últimas semanas con la cita electoral a la vista. Solo Unidos Podemos se ha opuesto al conjunto del texto que intenta resolver algunos de los asuntos más espinosos que han afectado a muchas familias en estos últimos años en materia de desconocimiento de cláusulas suelo, abono de las cargas asociadas a los préstamos, falta de información en los términos de las escrituras o consecuencias de los impagos tras la crisis.
Definitivamente, las novedades para quienes contraten una hipoteca son la retroactividad, se relaja la posibilidad de que un banco pueda iniciar un proceso de intervención por impago, el reparto de gastos, las comisiones e intereses en caso de una amortización anticipada, los notarios adquieren un papel clave como asesores de los clientes y se prohíben los contratos que contengan cláusulas consideradas abusivas por los juzgados.