Brecha de género
Morosidad, con 'M' de macho
Un estudio de investigadores de la UPF constata que los créditos concedidos por gestoras bancarias tienen un 15% más de posibilidades de ser retornados que si los presta un hombre
Si tienes pensado no devolver un crédito asegúrate de que quién te lo gestiona es un hombre. Según un estudio publicado recientemente por la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona (UPF), las mujeres dedicadas a la gestión de créditos tienen el 15% más de posibilidades de que sus préstamos sean retornados que si estos son aprobados por un hombre. Las conclusiones de esta investigación demuestran por primera vez que existe un sesgo de género en cuanto al comportamiento y las decisiones a nivel bancario.
El 'paper', elaborado por el catedrático de economía aplicada de la UPF, José García Montalvo, y la profesora de investigación ICREA Marta Reynal-Querol están basadas en las decisiones de cerca de 1.500 gestores sobre casi medio millón de préstamos hipotecarios y de consumo concedidos per diversas entidades bancarias españolas durante el periodo 2002-2013. "Las mujeres gestoras rechazaron el 36% de los préstamos cuantificados como alto riesgo, mientras que los hombres rechazaron el 15%", concluyen los autores. "Con una proporción mayor de mujeres en el sistema bancario y en sus posiciones directivas no se hubiera evitado la crisis económica, pero su impacto hubiera sido sensiblemente menor", afirma Montalvo a preguntas de EL PERIÓDICO.
Ellas siguen más las normas del sistema bancario, una de las garantías diseñadas para tratar de frenar la ambición, la temeridad o las pulsiones subjetivas entre los bancarios. El estudio demuestra que las mujeres gestoras siguen las recomendaciones más a menudo que los hombres y aplican con menos frecuencia circunstancias excepcionales para anular la recomendación del sistema. Este hecho provoca que los préstamos otorgados por las mujeres obtengan un mejor rendimiento.
Esa mayor cercanía a las normas y mayor aversión al riesgo femenina son algunas de las causas mediante la que explican los autores la menor morosidad entre las cuentas gestionadas por ellas. Y no es porque ellas tengan una psicología a priori diferente, sino que las reglas del juego no imperan del mismo modo para todos. De la misma manera que en otros ámbitos de la economía existen sesgos de género que perjudican a las mujeres por el mero hecho de serlo, en la psicología bancaria también imperan.
Concretamente, los investigadores han cifrado que ante una cartera de créditos con una morosidad del 4%, una mujer gestora tiene el 16% más de probabilidad de ser despedida o relegada a una categoría inferior que un hombre. Es decir, no es que ellas quieran seguir más o menos las reglas del sistema bancario, pero tienen menos incentivos, ya que si fracasan, sus superiores son más duros con ellas.