Los laboristas nacionalizarían parte de Iberdrola en Reino Unido si llegan a gobernar
íñigo gurruchaga | londres
El Partido Laborista nacionalizaría partes de Scottish Power, la filial británica de Iberdrola, nada más llegar al Gobierno, según un documento publicado por su responsable de Energía y que adelantó el diario Financial Times . En dicho texto se afirma que el pago de los activos nacionalizados se haría mediante bonos del Estado y que el precio lo decidiría en última instancia el Parlamento británico.
En la estimación del precio de las redes de transmisión y distribución de las compañías privadas que operan en la actualidad el mercado británico, el Parlamento tendría que reducir -siempre según la propuesta de los laboristas- los subsidios recibidos del Estado. Estos incluyen desde la propia privatización de aquellas, el déficit que exista en los fondos de pensiones para empleados de las empresas y los beneficios obtenidos por ventas de activos.
Sin embargo, la generación de energía no sería afectada por la nacionalización, solo la transmisión y la distribución. Scottish Power heredó la infraestructura de la red escocesa en el centro y sur de la región y, a su vez, a través de SP Networks tiene también una red de distribución en el norte de Gales y el noroeste de Inglaterra, en torno a Liverpool. Asimismo, está uniendo las dos regiones con un cable submarino, en un proyecto con una inversión de unos 1.200 millones de euros.
Plan de inversiones
La importancia de la red para el negocio de Scottish Power se ilustra en que, en su plan estratégico de inversiones 2018-22 actualmente en curso, 2.750 millones de euros se destinan a la generación de energía renovable -la compañía quiere alcanzar ese objetivo muy pronto- y otros 2.900 en la mejora de redes inteligentes. Es precisamente en la transmisión donde el sector privatizado ha obtenido sus mejores márgenes.
Según el documento laborista, ‘Bringing Energy Home’ (Trayendo la Energía a Casa), que puede descargarse en la cuenta de Twitter de Rebecca Long-Bailey, responsable laborista de Industria y Energía, y mencionada a menudo como futura líder, los márgenes de beneficios de las empresas de transmisión y distribución han superado el 30%.