Más de 215.000 hogares han accedido al bono social de la luz desde principios de año
JOSÉ M. CAMARERO | MADRID
Ahora que el frío se ha instalado de forma repentina en muchas regiones, las familias comienzan a encender las calefacciones, enchufar los aparatos de aire caliente y hacer cuentas sobre la factura de la luz que tendrán que pagar hasta que llegue la primavera. Llega la época del año en la que la demanda de la electricidad se dispara y cuando miles de hogares se ajustan para afrontar unos recibos elevados a los que no todos pueden hacer frente. Una de las herramientas con la que cuentan los más vulnerables es el bono social: su número de beneficiarios sigue aumentando desde que el sistema se reformara hace ahora un año. Pero sus perceptores aún son menos de los considerados energéticamente empobrecidos.
Hasta el pasado día 7 -justo 12 meses después del decreto que aprobó el nuevo régimen del bono social- había 1.306.873 titulares de contratos beneficiarios de un descuento de la luz que se aplica sobre el consumo de la factura, sin contar la parte fija ni los impuestos. Hasta septiembre han sido 215.000 los hogares a los que se les ha concedido este beneficio, que se suman a los 1,1 millones de familias que lo tenían cuando finalizó 2018. Es decir, un incremento del 20% en lo que va de año, según los últimos datos del Ministerio de Transición Ecológica. Desde el sector eléctrico consideran que estas cifras, que siguen aumentando mes a mes, reflejan la «correcta clasificación» de perceptores del bono social en función de sus rentas, y no en base a otros criterios ajenos a la situación económica de los ciudadanos. Ese fue uno de los objetivos del Ejecutivo al proponer su reforma. Porque aunque hasta octubre del año pasado había 2,4 millones de hogares acogidos a esta medida, más de un millón y medio eran viviendas que, por el hecho de tener contratados menos de tres kilovatios de potencia, disponían del descuento.