El Banco de España alerta de que el déficit público no se reducirá nada
Es la primera vez que ocurre desde 2012. No se podrá lograr el objetivo del Gobierno
Un año perdido en la reducción del déficit público. El Banco de España calcula que cerrará el año en el -2,5%, la misma tasa con la que terminó 2018, algo que no ocurría desde 2012. Es medio punto más que el nivel de déficit comprometido por el Gobierno de Sánchez ante Bruselas, y eso que ya había subido bastante desde el -1,3% que marcaba la senda de Rajoy aprobada en el Congreso. El organismo eleva una décima su estimación de déficit para 2019 y dos décimas para 2020 y 2021 (hasta el -2,1% y -1,8% respectivamente) debido a un gran desembolso por las lluvias torrenciales (Dana) ocurridas en la mayor parte de España y la revalorización de las pensiones conforme a la inflación en lugar del 0,25% que se subieron en años anteriores según el índice que marca la ley aprobada por el Gobierno de Rajoy en 2013.
Además, la desaceleración de la economía se prolongará más de lo previsto. El organismo confirma que la economía española se está acercando a su tasa de crecimiento potencial (cercano al 1,5% del PIB) ya que, aunque este año cerrará en el 2%, irá cayendo su avance año tras año, hasta situarse en el 1,5% en 2022, según su último informe de proyecciones macroeconómicas publicado ayer.
Óscar Arce, director de estudios del organismo, explicó que después de unos años en los que España ha crecido «de forma muy importante», ahora nos situamos en un momento de desaceleración gradual de la economía. Aunque calificó esta ralentización como «bastante suave», confirma que nos llevará a una estabilización económica. Así, el Banco de España calcula que el PIB crecerá un 2% en 2019, un 1,7% en 2020, un 1,6% en 2021 y un 1,5% en 2022. Todos los datos son idénticos al pronóstico que hizo el organismo hace tres meses, pero esta es la primera vez que dan la cifra de 2022. El crecimiento seguirá apoyándose fundamentalmente en la demanda interna, sobre todo por la mejora de la situación patrimonial de hogares y empresas y por la política de tipos bajos del Banco Central Europeo (BCE), que favorece el mantenimiento de unas condiciones financieras «holgadas», explica el informe.
Además, a pesar de que se proyecta una recuperación gradual de los mercados de exportación, será «menos vigorosa» que la esperada hace tres meses por el organismo. Sin embargo este peor comportamiento se vería compensado por el efecto expansivo sobre la actividad por los menores precios del petróleo. En este sentido, estiman que el dinamismo de las ventas al resto del mundo aumente gradualmente hasta 2022 a pesar de que la evolución del último trimestre ha sido peor del previsto.
Menos empleo
Y en sintonía con la ralentización del PIB, el organismo prevé también un debilitamiento del ritmo de creación de empleo. La tasa de paro no bajará del 13% hasta 2022 debido a un ligero aumento de la población activa. Asimismo, se espera que en los próximos años «el incremento de los ingresos laborales de los hogares descanse más en la recuperación de los salarios reales y menos en la generación neta de puestos de trabajo», aseguran. Arce confía en que la tasa de paro siga descendiendo «aunque a un ritmo bastante menor» que en los últimos años, reflejo del menor ritmo de creación de puestos de trabajo como al «modesto» repunte del ritmo de avance de la población activa.
En promedio, la tasa de paro cerrará el año en el 14,2%, bajará al 13,8% en 2020, al 13,1% en 2021 y hasta el 12,6% en 2021, según los cálculos del organismo supervisor.
Además, sobre la posible subida del salario mínimo a la que el Gobierno en funciones hizo referencia la semana pasada, Arce destacó que hasta ahora solo son declaraciones políticas y que el Banco de España no puede medir el impacto de esa posible subida «hasta que no haya una propuesta aprobada». «No estamos en contra de que exista un salario mínimo ni de que se actualice año tras año para que cumpla su función social, pero defendemos que se haga una evaluación de su impacto», señaló.