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Competencia fijará seis horarios para incentivar el ahorro nocturno de luz

De medianoche y hasta las 08.00 horas y entre las 22.00 y las 00.00 horas, las mejores franjas

Publicado por
León

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Poner la lavadora a medianoche ahorra luz. No es ninguna leyenda urbana. Y no hará falta esperar a que entre en vigor la reforma del sistema que ha propuesto la Comisión Nacional de Mercados y Competencia (CNMC) para poder beneficiarse de esa realidad. Desde que hace muchos años se pusiera en marcha la tarifa nocturna, el consumo en las horas más extrañas del día reduce drásticamente el precio eléctrico con respecto a los tramos en los que habitualmente hay más demanda de electricidad. A partir de este año, esa realidad será aún más visible en el recibo: habrá tres grandes periodos horarios, distribuidos en seis tramos a lo largo del día, en los que el precio de la luz será diferente. Aunque, por ahora, es una propuesta que debe pasar por el Consejo de Estado y su posterior aprobación por el Gobierno. El sector energético calcula que, como mínimo, no será hasta mediados de año cuando los consumidores puedan adaptarse al nuevo recibo de la luz.

La de la fecha de entrada en vigor es una de las premisas que los consumidores deben tener en cuenta a la hora de analizar sus recibos. A pesar de algunas voces que han difundido en redes sociales que desde el pasado 1 de enero esa nueva tarifa se aplica de forma generalizada, no es correcto. Los trámites legislativos aún se encuentran activados y habrá que esperar.

Cuando esa idea de la CNMC entre en vigor, el reloj se convertirá en el mejor aliado de los hogares a la hora de rascar algunos euros en su factura, que nunca viene de más, sobre todo en etapas de mayor consumo como el verano (por el calor y la activación de los aires acondicionados) o el pleno invierno (por el frío y consiguiente uso de las calefacciones y otros aparatos eléctricos de calor). Las horas en las que el precio de la luz será más barato siempre coincidirán con las que el sistema demanda menos electricidad: última hora de la noche, madrugadas y a mediodía. Es decir, cuando ahora gastamos más energía.

Los hábitos de los nórdicos

Habrá que dar un giro de 180 grados a los comportamientos que todos los ciudadanos tienen en sus hogares. Porque lo habitual no es encender el lavavajillas a las once de la noche ni programarlo para que comience a funcionar a primera hora de la mañana, cuando los niños se despiertan. Pero son estos nuevos hábitos de consumo los que ya están imperando en buena parte de los vecinos europeos, sobre todo los nórdicos, donde el ahorro eléctrico se consigue en buena medida por este nuevo tipo de comportamientos.

Habrá tres momentos del día en el que el precio de la luz esté casi por los suelos: desde la media noche y hasta las 08.00 horas; y entre las 22.00 y las 00.00 horas. Ahí es cuando más compensará encender los hornos, planchar o usar —siempre de forma eficiente, con temperatura en el entorno de 21 grados-—los aparatos calefactores. En otros dos momentos —entre las 08.00 y las 09.00 horas y a partir de las 14.00 horas hasta las 18.00 horas— el coste energético será intermedio. Y subirá de forma importante durante las mañanas (entre las 09.00 y las 14.00 horas) y las tardes (entre las 18.00 y las 22.00).

Además, la propuesta de Competencia incluye otra novedad: la posibilidad de elegir dos tramos horarios de potencia instalada. En el ‘valle’, la potencia debe ser menor, porque se realiza un uso menos intensivo de todos los electrodomésticos, y se aprovecha un precio más competitivo; y en el periodo ‘punta’, la potencia es mayor para hacer frente a una demanda que, en determinados momentos, podría dispararse. El tramo más barato iría desde las 00.00 hasta las 08.00 horas y el resto del día se mantendría la habitual. Esta iniciativa afecta a todos los hogares, tanto a los del mercado regulado como a los del libre.

Con todos estos cambios, el ahorro puede llegar al 50% entre unos precios horarios y otros. Pero hay que tener en cuenta que no es una rebaja de la mitad de la factura. ¿La razón? El recibo de la luz se estructura en el consumo —el precio que se paga por el uso real— que condiciona un tercio del importe; la parte fija -lo que se abona sí o sí por potencia y otros conceptos incluidos en esa variable-, que llega al 40% de la factura; y los impuestos, como el IVA o el de Electricidad.