Los recortes en la banca no cesan y en 2019 destruyó 6.200 empleos
Los despidos del año pasado suponen el mayor registro de bajas de los tres últimos años
Dos grandes expedientes de regulación de empleo (ERE) provocaron la salida de más de 5.000 trabajadores de la banca durante el año pasado. Los ajustes protagonizados por Santander y Caixabank acumularon la mayor parte de la destrucción de puestos de trabajo de un sector en el que los recortes no cesan, a pesar de que el peor momento de la crisis financiera queda ya lejos, allá por 2013.
El saldo de trabajadores de las diez grandes entidades financieras se dejó en 6.275 empleos, lo que supuso una reducción del 4% con respecto al año anterior. El ejercicio de 2019 cerró con una plantilla conjunta de 153.146 trabajadores frente a los 159.421 de 2018, según los datos publicados por los bancos cotizados y los facilitados por las entidades que no cotizan en Bolsa.
El número de despidos ejecutados durante el año pasado supone, además, el mayor registro de bajas laborales en el sector bancario de los tres últimos años. Cuando parecía que las etapas de recortes masivos se alejaban, a medida que lo hacían los peores momentos de la crisis, las entidades han vuelto a despojarse de un mayor número de efectivos en 2019. El contexto más tenso se vivió en 2013, cuando salieron de las estructuras de los bancos casi 18.000 empleados en un solo año. A partir de entonces, los ajustes, aunque considerables, fueron reduciéndose: unos 9.600 empleados menos en 2014; otros 5.500 en 2015; más de 8.600 en 2016; menos de 2.000 en 2017; y 5.300 durante 2018, según los datos del Banco de España.
Aunque aparentemente los dos últimos procesos de despido colectivo de Santander y Caixabank supongan una excepcionalidad (estas entidades no aplican ERE todos los años) sí que implican la continuidad de esas medidas aplicadas por otros bancos (en 2018 el mayor ERE fue el de Bankia, tras fusionarse con BMN, con unos dos millares de afectados); y previsiblemente serán los predecesores de lo que está por ocurrir en 2020.
Por ahora, Ibercaja Banco ya ha anunciado un ERE que afectará a 550 trabajadores (más de un 10% de su plantilla) y que a la vez se llevará por delante unas 160 oficinas en toda España. El reparto territorial de esta decisión se conocerá hoy mismo dentro del plan de reestructuración puesto en marcha para rebajar sus costes operativos.
Esa justificación, la de aplicar recortes en los epígrafes de los gastos de las cuentas de resultados, es la esgrimida habitualmente por los banqueros para anunciar grandes ajustes de puestos de trabajo o, sin hacer públicas estas reestructuraciones con ERE, continuar con una política laboral por la que sale más gente del banco de la que accede al mismo.