El Ibex-35 contiene la sangría, pero no recupera la tranquilidad
Tras sufrir la semana pasada un desplome del 12%, el mayor desde el primer rescate a Grecia en mayo de 2010, no llegó el rebote, sino una alta volatilidad. Toda la sesión fue de altibajos para el Ibex-35: marcó máximos por la mañana por encima de los 8.900 puntos; mínimos a mediodía en los 8.540; y cerró con un ligero ascenso del 0,21%, hasta los 8.741,50 puntos.
La esperanza en una acción de los bancos centrales tras las palabras de apoyo del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, el viernes, y del gobernador del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda, ayer, sirvieron para que Asia cerrara en verde por la mañana y para que Europa abriera en positivo, aunque aquí pronto empezaron las dudas, sobre todo tras conocerse el informe de la OCDE.
Los ascensos con que comenzó el día la Bolsa de Nueva York fueron un buen espejo para los inversores de este lado del Atlántico, que terminaron optando por unas ligeras compras.