Este verano al comercio no le salvan ni las promociones
La facturación cae un 30% y el sector advierte de que la mitad de las tiendas podrían cerrar antes de que termine el año
Después de unos meses en los que las ventas cayeron hasta un 90% respecto al año pasado, el sector textil confiaba en que las rebajas salvaran la situación para miles de comercios que comenzaron a abrir sus puertas en mayo tras el fin del confinamiento. Sin embargo, la realidad está siendo devastadora y una parte de ellos tendrán que echar el cierre antes de que termine el año.
Las cifras de la CEC (Confederación Española de Comercio) revelan que la primera semana de rebajas se registró una caída de la facturación de entre el 20% y el 30% respecto al mismo periodo del año pasado, con variaciones notables según provincias y sectores de actividad, llegando al 50% de desplome en las zonas más dependientes del turismo. "Las pocas ventas que se están produciendo en los pequeños comercios se hacen con descuentos muy agresivos; los comerciantes necesitan eliminar stock y lo hacen sin apenas margen de beneficio; es pan para hoy y hambre para mañana", señala Pedro Campo, presidente de la CEC.
Según sus cálculos, el gasto medio por persona se situará estas rebajas en 90 euros, frente a los cerca de 200 euros del verano pasado. Por sectores, los más afectados serán el textil y el calzado. Eduardo Zamácola, presidente de Acotex, la patronal del comercio textil, detalla que durante el confinamiento se vivió una caída de las ventas "brutal" de hasta el 90% en abril y que no llegó al 100% por la venta online.
Zamácola explica que la apertura fue muy escalonada y que aún hoy el 15% de estos comercios no han abierto. En su opinión, las medidas "alarmistas" no ayudan a darle la confianza al consumidor para que vaya de tiendas: "El cliente aún no se ha habituado, los espacios cerrados con mascarilla generan mucho agobio y además hemos perdido las ventas generadas por los turistas". Así, reconocen que en junio las ventas cayeron un 26% respecto al año pasado, lo que supone un acumulado desde enero de un -35%.
Respecto a las rebajas , el presidente de Acotex señala que el "efecto llamada" que existía antes de 2012 ahora ha desaparecido porque la liberalización permite que cada establecimiento decida su periodo de promociones y algunos comercios decidieron abrir sus puertas tras el confinamiento con "descuentos agresivos" para deshacerse del stock.
Para la segunda mitad del año, las perspectivas no son buenas. Zamácola reconoce que hay "mucha preocupación" porque todo dependerá del consumo de los hogares, lo que a su vez está condicionado a la evolución de la pandemia y a nuevos confinamientos. "Las previsiones macroeconómicas de la economía española son preocupantes y las noticias sobre la evolución del virus tampoco son positivas, por lo que las perspectivas son malas", asegura.
Ante este escenario, muchos empresarios no tendrán más remedio que cerrar sus negocios. Según cálculos de la CEC, el 20% de los comercios situados a pie de calle cerrarán sus puertas de aquí a diciembre, un porcentaje que asciende hasta el 50% en el caso de los pequeños negocios ubicados dentro de centros comerciales.
Se pasa más la tarjeta
Más allá del vestido y el calzado, el consumo general continúa su recuperación tras el fin del estado de alarma. Según un análisis de BBVA Research, el gabinete de estudios de la entidad, en la última semana de junio todas las provincias recuperaron el nivel precovid de gasto semanal realizado con tarjeta. Eso sí, a pesar de este dinamismo, entre abril y junio la caída del gasto con tarjeta cayó un 18% respecto al primer trimestre del año . Y aunque el consumo con tarjetas extranjeras mejoró, todavía se resiente un -73% respecto al segundo trimestre del año pasado.
Lo que más creció fue la compra de alimentación , que en la última semana de junio aumentó un 43%, seguida de otros sectores como equipamiento del hogar y la salud, con subidas del 23% y 13% respectivamente. Pero el descenso del gasto con tarjeta en el segundo trimestre se explica en parte por la reducción de las compras de viajes (-93%), alojamiento (-87%) y ocio (-75%).
Y es que el perfil del consumidor español ha cambiado . Según un reciente informe publicado por KPMG, tras la pandemia el cliente se ha vuelto más preocupado, digital, selectivo y concienciado. Tres de cada cinco encuestados asegura que su economía doméstica ha empeorado durante la crisis y la mitad califica su situación financiera de "sensible" o "preocupante". Por tanto, la relación calidad-precio es el principal factor de compra para el 70% de los españoles, seguido de la seguridad (47%).
Los datos del informe 'Consumidores y nueva realidad' desvela que el 42% de los clientes se ha vuelto más selectivo a la hora de adquirir nuevos productos o servicios y el 25% confiesa que ha dejado de comprar productos de lujo o no esenciales.
Pocas ventas en los bares
Y a nivel de consumo en bares y restaurantes, las terrazas llenas disimulan una realidad grave para los hosteleros : en julio la caída global de su actividad es del 30%. Hay que tener en cuenta que el 20% de los locales sigue cerrados y las compras a distribuidores y sus ventas han sido un 10% menores que las del año pasado en la primera semana de este mes, según datos de la Federación Española de Empresas de Distribución a Hostelería y Restauración (Fedishoreca).
La actividad del sector en las zonas más dependientes del turismo extranjero (Canarias, Baleares o la Costa del Sol) se sitúa entre un 60% y un 70% por debajo del año pasado. José Luis Yzuel, presidente de Hostelería de España, reconoce que el consumo "está desplomado".
Asimismo, Yzuel explica que el consumo total en bares y restaurantes no supera el 60% en toda España y que la mitad de los establecimientos abiertos aseguran que están haciendo la mitad de caja que el año pasado. Según sus cálculos, del 20% que aún no ha abierto, la mitad no lo volverá a hacer y del 80% que ha reabierto, otro 10% se perderá en los próximos meses: "Una empresa no puede sostenerse a pérdidas durante mucho tiempo".