La fusión de CaixaBank y Bankia, a la espera de concretar el peso del Estado
El FROB quiere alcanzar el 16% en la nueva firma, cuya marca única será CaixaBank
Las negociaciones entre las direcciones de CaixaBank y Bankia para definir la compra de la segunda por parte de la primera siguen un proceso algo más lento del inicialmente esperado, aunque sin ningún tipo de contratiempo que pueda dar al traste con la integración. Los equipos gestores definen estos días los términos de una fusión en la que el Estado participa de forma indirecta, a través del 60% que el FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria) tiene en Bankia. La Administración quiere elevar la valoración de la entidad y tener un mayor peso en el futuro accionariado de la corporación: de un 14% inicial aspiraría hasta un 16% del total, según anticipan fuentes financieras.
Ese es uno de los puntos de fricción entre ambas entidades. «Se está dilucidando cuál será esa participación», admiten fuentes cercanas. Porque el Gobierno quiere salir «lo mejor parado posible en esta foto», apuntan en el entorno bancario, una vez que se ha visto obligado a tomar la decisión de vender Bankia sin poder esperar a su privatización por paquetes accionariales.
En cualquier caso, las negociaciones «van muy avanzadas» y no existen tantas diferencias, sino matices habituales en este tipo de acuerdos corporativos. El calendario de la operación pasa por que a finales de esta misma semana los consejos de administración de ambas entidades se reúnan oficialmente para aprobar la integración. Después, tendrían que ser los accionistas de ambas firmas, en sendas juntas extraordinarias -previsiblemente en octubre- los que decidan el futuro de la nueva entidad.
El relativo a la denominación está cada día más claro: el nuevo banco mantendrá la marca CaixaBank, mientras que la de Bankia desaparecerá. La entidad de origen catalán cuenta con una denominación mucho más asentada y conocida entre la sociedad y sus clientes. Mientras que Bankia arrastra algunas sombras de sus problemas del pasado, cuya historia no llega a una década.
Otra duda reside en la ecuación de canje -cuánto valdrá cada acción de Bankia por cada título de CaixaBank-. La entidad cuyo consejero delegado es Gonzalo Gortázar cerró ayer con un alza del 0,4%; la presidida por José Ignacio Goirigolzarri, con una subida del 0,6%. A pesar del repunte experimentado por esta última desde que anunciaron las conversaciones -un 38%-, las valoraciones se están realizando conforme al valor anterior a ese 3 de septiembre. Además, la sede social seguirá en Valencia, donde ambos grupos tienen sus domicilios fiscales.