La prometida escalada del salario mínimo, en la cuerda floja
En esta recta final de año deben decidirse muchas cosas, entre ellas si habrá subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y del sueldo de los 2,5 millones de empleados públicos. La pandemia -cómo no- podría trastocar los planes del Gobierno, que tiene como compromiso de legislatura elevar el SMI hasta el 60% del salario medio, tal y como recomienda la Carta Social Europea. La cuestión es que ni siquiera está claro cuál sería esa cantidad. Así, mientras unos lo sitúan en unos 1.000 euros al mes, otros lo elevan hasta los 1.200 euros. De cualquier forma, como mínimo 50 euros de brecha hay. Y lo que es casi seguro es que, si el año pasado estuvo encima de la mesa -durante las negociaciones de legislatura entre PSOE y Podemos- subirlo ya en 2020 hasta esos 1.000 euros mensuales, ahora no es el momento.
El Gobierno guarda por ahora silencio sobre esas informaciones que apuntan a que se congelará el SMI a final de año, hace hincapié en que ha crecido casi un 30% en los dos últimos ejercicios y le lanza la pelota a empresarios y sindicatos. Así lo apuntó esta semana la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz: serán los agentes sociales, en diálogo con el Ejecutivo, los que planteen la subida para 2021. Ellos, por su parte, están a la espera de que les convoquen, pero los sindicatos, en esta ocasión, se muestran más flexibles y, aunque su objetivo es llegar a los 1.000 euros al mes, están dispuestos a retrasar este alza y fijar un calendario a más largo plazo.