Diario de León

Las pensiones no contributivas se vincularán al IMV y el cálculo, al hogar

Escrivá quiere liberar al sistema de este gasto y anuncia que se revalorizarán con el IPC

El ministro José Luis Escrivá. EMILIO NARANJO

El ministro José Luis Escrivá. EMILIO NARANJO

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Se avecinan cambios en el sistema de pensiones. El Pacto de Toledo continúa trabajando contrarreloj para establecer las directrices que marcarán una reforma que se resiste. El acuerdo está «a punto de llegar», según aseguró este miércoles en el Congreso el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, quien resaltó que se pondrá así punto y final a la incertidumbre que rodea a los jubilados y las prestaciones volverán a revalorizarse con el IPC. Pero a su vez avanzó cuál puede ser otra de las medidas que se tomarán para poner fin al déficit de la Seguridad Social y garantizar su sostenibilidad.

Las pensiones no contributivas pasarán a «integrarse en el futuro» en el esquema del Ingreso Mínimo Vital (IMV), precisó. Es decir, dejarán de considerarse pensiones como tal, no las pagará la Seguridad Social con cargo a las cotizaciones sociales de los trabajadores y se absorberán en el IMV recién aprobado. Se trata de una medida que forma parte de una de las recomendaciones que ya tiene prácticamente cerrada el Pacto de Toledo: separar las fuentes de financiación para liberar a la Seguridad Social de todos los gastos que no sean propiamente contributivos.

Esto supondría que el Estado pasaría a financiar unos 23.000 millones que ahora paga el sistema por unas políticas no contributivas, entre las que están las pensiones no contributivas, pero también las políticas activas de empleo (bonificaciones, reducciones de cuotas...), las prestaciones por nacimiento, el complemento por maternidad, los gastos administrativos...

Además, entre los planes de Escrivá está definir mejor estas ayudas no contributivas para que se diseñen en función no ya del individuo beneficiario, sino del hogar, con lo que se espera abordar mejor las situaciones de vulnerabilidad. Así ocurre con la renta mínima, cuya cuantía oscila entre los 462 euros y los 1.015 euros, en función de los ingresos declarados y de la composición de los hogares (se establecen doce tipos diferentes dependiendo del número de miembros). El ministro, a su vez, animó a las Comunidades Autónomas -que son las que gestionan las pensiones no contributivas, pese a que las financia la Seguridad Social- a utilizar ese dinero que antes empleaban en el IMV y que ahora asume el Estado a mejorar este tipo de pensiones, que suelen ser muy bajas, ya que la ley les da un margen para complementarlas hasta un 30% más.

A menos renta, menos vida

Y es que Escrivá reconoció la necesidad de seguir mejorando la redistribución dentro del sistema de pensiones y recordó que, en esa línea, se han ido subiendo más las mínimas en los últimos años. «Es una línea en la que hay que seguir avanzando (...). Los pensionistas de rentas más bajas tienden a vivir menos y se benefician menos del sistema y está justificado introducir mas progresividad», explicó el expresidente de la AIReF, que emplazó a buscar los mecanismos más adecuados para hacerlo en el seno de los acuerdos del Pacto de Toledo.

Efectivamente, lo que también tiene entre manos esta comisión parlamentaria es establecer cuál es la suficiencia de las pensiones y si deben revalorizarse más las pensiones más bajas. Porque los más de 450.000 personas que se benefician en la actualidad de una prestación no contributiva a duras penas llegan a los 400 euros al mes.

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