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Los pensionistas que no ganen más de 22.000 euros no tendrán que declarar aunque tengan otros ingresos

El IRPF tiene una rebaja del 11,1% pero no descuenta la inflación

El Consejo de Ministros aprobó este viernes el proyecto de ley de reforma del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) que conll

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Fernando Pastor - MADRID.
León

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Para Montoro la medida propuesta por la oposición sólo serviría para acrecentar más cualquier tensión inflacionistas, y es algo que está descartado como estrategia económica desde que la política monetaria no depende del Gobierno, sino del Banco Central Europeo (BCE). «Nosotros estamos en una política de rebaja permanente de los impuestos -insistió Montoro- como política fiscal de apoyo al crecimiento económico y el empleo, y en una economía de estabilidad, y el comportamiento tendencial de la inflación viene marcado por el BCE, con una línea estable, a pesar de las desviaciones puntuales que se puedan dar». El ministro advirtió que no se cansará de insistir en que, en ese escenario de la Europa del euro y con el BCE marcando la política monetaria, no el Gobierno español, no tiene sentido deflactar. En lo que respecta a las subidas o actualizaciones de los impuestos indirectos, que se llevan a cabo cada primero de año, el ministro advirtió que de lo que se trata es de utilizar la fiscalidad para frenar las tensiones excesivas de la demanda que provocan subidas de precios, un «efecto drenaje» que no supone grandes subidas y «ni siquiera se puede decir que se hayan actualizado». Las explicaciones de Montoro salían al paso de las críticas del PSOE al impuesto y de la resolución del CES, que advierte que los incrementos porcentuales de las deducciones de la base por rendimientos del trabajo y en el mínimo vital y familiar, quedan diluidas si se tiene en cuenta la subida del coste de la vida desde 1998. Frente a ello, el ministro aseguró que con esta rebaja, unos 17 millones de contribuyentes tendrán 3.600 millones de euros más en sus manos, es decir, algo más de 211 euros cada uno (35.224 pesetas), que servirán para generar una actividad económica adicional que evitará cualquier pérdida de recaudación por ello. Pocas novedades El ministro de Hacienda insistió en que las rentas más bajas serán las más beneficiadas por la reforma, sobre todo porque se incide en las deducciones sobre los rendimientos del trabajo y se recorta la tarifa mínima del 18% al 15%, tres puntos de reducción que se acumulan en cada tramo de impuesto. Según Hacienda, las rentas de hasta 12.020 euros (2 millones de pesetas), que acaparan al 55,6% de los contribuyentes, lograrán una reducción del IRPF del 38,14%; desde ese nivel hasta 18.030 euros de renta (3 millones de pesetas), la rebaja será del 18,41%; para las rentas de entre 18.030 euros a 30.050 euros (5 millones de pesetas), el recorte se reduce a un 10,51%, y, finalmente, las rentas mayores de ese nivel, apenas se beneficiarán de una rebaja del 6,39%. En el caso de las rentas más altas, que ahora pagana un 48%, la rebaja será hasta el 45%, si bien se trata de un porcentaje muy pequeño de contribuyentes. El proyecto de reforma aprobado y que pasará ahora al trámite parlamentario no contiene mayores novedades sobre lo ya previsto que algunos ajustes técnicos recomendados por el dictamen del CES. Los pensionistas que ganen menos de 22.000 euros en el 2003 (3,66 millones de pesetas), no tendrán obligación de declarar aunque sus ingresos procedan de más de un pagador, algo que hasta ahora no se podía hacer.