Europa pide el transporte marítimo de corto alcance
Los ministros de Transporte de la Unión Europea (UE) aprobaron este sábado en Gijón un documento de la Presidencia española que considera una «prioridad política» para la presente década el desarrollo del transporte marítimo de cabotaje marítimo de corta distancia, lo que se conoce como cabotaje marítimo, por entender que es una de las alternativas más rentables y eficaces frente a la congestión de las carreteras, y a pesar del nuevo desarrollo del ferrocarril. Los ministros de Transporte de la UE mantienen este fin de semana una reunión informal en Gijón con este tema como uno de los asuntos centrales del encuentro, en el que actúa como anfitrión el titular español de la cartera, Francisco Álvarez-Cascos. El ministro de Fomento explicó en rueda de prensa que existe un «interés general» en la UE por potenciar el transporte marítimo de cercanías, incluso en los socios que no tienen puertos, como Austria y Luxemburgo, pero que «están convencidos de que el futuro del transporte europeo está en favorecer las cadenas intermodales», que combinen varios tipos de transporte, como única forma de paliar los problemas que genera el crecimiento del transporte por carretera, y para que eso sea una realidad hay que desarrollar el cabotaje marítimo. A juicio de Álvarez Cascos, si el cabotaje no incrementa su cuota de utilización actual, se mantendrán los mismos problemas de «congestión» de las carreteras. Junto a la cuestión central del cabotaje, la reunión de ministros sirve para analizar el desarrollo de la liberalización del transporte ferroviario, que en la actualidad se explota en régimen de monopolio en la mayoría de los estados europeos, y aunque sí existe el proyecto de abrirlo al capital privado, no hay fecha marcada para ello. Según las explicaciones de Álvarez Cascos, la pretensión española es liderar ese proceso de apertura a la competencia del transporte ferroviario de viajeros a larga distancia en el UE, que es el que se presta en monopolio todavía, si bien para ello debe realizar un amplio trabajo de trasposición de las directivas que existen al respecto y culminar en España la segregación de Renfe.