La UE propone incentivos fiscales para quien use los biocarburantes

Más que fomentar el uso de los biocarburantes en estado puro, algo que sería incapaz de cumplir la industria automovilística a medio plazo, el objetivo que se marca la directiva que ayer aprobó la Eurocámara es favorecer la utilización de combustibles como el bioetanol, el biodiésel, el biogás o el biometiléter en las mezclas con la gasolina y el gasóleo. De hecho, el informe elaborado por la eurodiputada popular española Pilar Ayuso, que sirve de base a la directiva que todavía habrá de aprobar el Consejo, explica que los motores de los vehículos que actualmente están en circulación en la UE «admiten sin problemas mezclas de biocarburantes de hasta un 5%». Es más, los últimos avances técnicos permiten la utilización de mezclas mayores, y en países como Suecia o Austria la proporción de combustibles ecológicos supera ya el 10%. Pese a ello, la propuesta legal impulsada por la Eurocámara se conforma con que el consumo de biocarburantes represente un 2% del total en el 2005 y un 5,75% en el 2010. La Unión dispondría así de un elemento más para reducir en un 8% las emisiones de CO2 a la atmósfera, como establece el protocolo de Kioto que han ratificado los Quince, pues este tipo de combustibles emiten entre un 40 y un 100% menos de gases causantes del efecto invernadero. ¿Pero cómo forzar a los conductores de que utilicen un carburante que, a priori, es más caro?. Mientras la Comisión Europea planteó que los impuestos especiales de los biocarburantes fuesen un 50% inferiores a los del resto, la Eurocámara todavía fue más allá al aprobar, por 540 votos a favor y sólo 1 en contra, un informe en el que se pide que no se pongan límites a la reducción fiscal, por lo que la exención de impuestos especiales podría llegar a ser total.