EE. UU. contará con la Comisión Federal para fraudes y mayores penas para empresarios deshonestos
Bush anuncia medidas más drásticas contra escándalos financieros
El presidente de EE. UU., George W. Bush, anunció ayer oficialmente la creación de una Comisión Federal especializada en la investigación de fraude
«Mi Gobierno va a hacer todo lo que esté en su poder para poner fin a la era de la manipulación de las cuentas, del maquillaje de la verdad y de las contravenciones a la Ley», declaró el presidente ante un grupo de empersarios a pocas decenas de metros de la Bolsa de Nueva York. En su intervención, Bush hizo un llamamiento a la instauración de «una nueva era de integridad en las corporaciones de EE. UU.» mediante la adopción de nuevas medidas para combatir la mala conducta de los ejecutivos. «Con un estricto cumplimiento de la ley y estándares éticos más altos, debemos entrar en una nueva era de integridad en las corporaciones de Estados Unidos», declaró. La Comisión Federal Especial, creada por decreto presidencial, tomará la iniciativa en las investigaciones de empresarios presuntamente culpables de fraude y debería permitir al Ministerio de Justicia mejorar la coordinación entre los diferentes servicios implicados. El presidente también anunció que las penas de cárcel para algunos tipos de fraudes cometidos por dirigentes y funcionarios empresariales serán duplicadas y elevadas a diez años. Otras penas relacionadas con actos criminales de los llamados «trabajadores de cuello blanco» serán también ampliadas, señaló. El mandatario también se ha mostrado dispuesto a dotar con más medios al organismo de control del mercado de valores, la Comisión de Seguridad e Intercambio (SEC). Concretamente, va a pedir al Congreso que desbloquee inmediatamente 20 millones de dólares para contratar cien nuevos agentes y que aumente el presupuesto de este organismo para 2003 en un 20 por ciento. George W. Bush ha asumido como propias, igualmente, toda una serie de medidas anunciadas estos últimos meses por las plazas financieras estadounidenses para mejorar la gestión de las empresas y proteger a los accionistas. En particular, ha pedido a las bolsas norteamericanas que pongan de su parte para que los consejos de administración estén compuestos mayoritariamente por administradores realmente independientes.