La aplicación de la psicología a los mercados, Nobel de Economía

El Banco de Suecia decidió galardonar con el Nobel de Economía a Daniel Kahneman y a Vernon Smith por haber roto con la visión tradicional de que la economía es una ciencia meramente racional introduciendo en sus investigaciones métodos de la psicología y de los análisis de laboratorio. En el pasado la economía era considerada una ciencia basada únicamente en la observación de acciones reales, en la que se partía de la base de que existía un «homo economicus», cuyas decisiones únicamente se guían por el interés personal y la razón. En los últimos años se han ido imponiendo nuevos métodos de estudio, como los aplicados por los dos premiados, el israelí-estadounidense Kahneman, y el estadounidense Smith. El catedrático en psicología Kahneman integró observaciones del campo de la psicología en el análisis de la economía, particularmente en el comportamiento ante situaciones de inseguridad. Concretamente, demostró que en estas situaciones de inseguridad las decisiones pueden variar sistemáticamente de las predicciones efectuadas según las teorías tradicionales de las ciencias económicas. La otra mitad La otra mitad del premio honra los trabajos del economista Smith, quien destacó por haber sentado las bases para un nuevo campo de investigación, la economía experimental. Según el jurado del Banco de Suecia, los trabajos de Smith son de gran importancia tanto desde el punto de vista metodológico como sustancial. Nacido en 1927 en Wichita, en el estado de Kansas (EEUU) y doctorado en Harvard (Massachussets) en 1955, Smith desarrolló una serie de métodos experimentales que sirvieron luego de patrón a la hora de aplicar resultados de laboratorio a las ciencias económicas. Entre sus experimentos destaca la demostración del supuesto teórico de que en un mercado de competencia perfecta, el precio de los bienes se establece por un equilibrio entre oferta y demanda donde los valores asignados por el vendedor son iguales a los del comprador. Para ello, Smith reunió en su laboratorio a sujetos a los que adjudicó aleatoriamente el papel de vendedores y compradores, y a los que tan sólo les indicó un precio mínimo de venta y uno máximo de compra, en un experimento en el que los resultados ofrecieron unos precios de equilibrio semejantes a los del modelo teórico, pese a la falta de información de los actores para determinarlo.