Pandemia y economía
El FMI advierte del riesgo financiero global que supone la distribución desigual de vacunas
La institución avisa también que los bajos tipos de interés ponen en entredicho la capacidad y la voluntad de la banca para dar créditos
El Fondo Monetario Internacional advierte de que "una distribución desigual de las vacunas podría agravar las vulnerabilidades financieras". Así, destaca que si bien economías avanzadas, como Canadá, EE UU, el Reino Unido y algunos países de la Unión Europea, han comprado vacunas por anticipado y para cubrir en gran medida a su población, las economías emergentes y en desarrollo llevan un retraso considerable en esta tarea.
El FMI recuerda en su último informe de estabilidad financiera global que estos últimos países explicaron el 65% del crecimiento mundial entre 2017 y 2019, de modo que un retraso en su lucha contra la pandemia "no auguraría nada bueno para la economía mundial". "Como el crecimiento es un elemento fundamental para la estabilidad financiera, una recuperación desigual y parcial puede hacer peligrar la solidez del sistema financiero", insiste la institución que dirige Kristalina Georgieva. En particular, considera que pueden peligrar los flujos de capital hacia economías emergentes, especialmente si las avanzadas comienzan a normalizar su política monetaria. No sería la primera vez que fulgurantes salidas de dinero de algunos países ocasionan un terremoto financiero.
Riesgo en bancos y mercados
También ve riesgos el FMI en la banca. En particular señala que su baja rentabilidad en un entorno de bajos tipos de interés pone en entredicho su capacidad o su voluntad de seguir ofreciendo crédito en los próximos trimestres. Si bien el organismo reconoce que los bancos entraron en la pandemia con "grandes cantidades de capital y amplias reservas de liquidez", a partir de ahora pueden comenzar a temer el crecimiento de la exposición al crédito y el aumento de la morosidad una vez se retiren las medidas de apoyo público.
De hecho el FMI ya ha detectado un endurecimiento de las condiciones de financiación para las empresas y una pérdida de fuerza en la concesión de crédito en algunos países. El organismo insiste, como en otros informes anteriores, en la "desconexión entre los mercados financieros y la economía", bajo lo que subyace que los primeros han podido pecar de optimismo al ir más allá de lo que justificaría la segunda.
Así, según el informe, "los mercados financieros han hecho caso omiso de la más reciente ralentización de la actividad económica" tras la nueva ola de infecciones de covid y las medidas adoptadas para contener la extensión del virus desde finales del año pasado.
"A pesar de la persistente incertidumbre en torno a las perspectivas económicas, parece que los inversores mantienen su confianza en las perspectivas de crecimiento para 2021". Atribuye esa posición a la esperanza en que el mantenimiento de las medidas de apoyo fiscal y monetario compensará "cualquier desengaño a corto plazo". El FMI califica estas asunciones de "exceso de confianza". Y no descarta que los inversores se replanteen el escenario económico, lo que puede desembocar, en primer lugar, en lo más visible: correcciones en los precios de los activos; y, en segundo lugar, en el fenómeno que subyace y desencadena: presiones de liquidez y el riesgo de que éstas se conviertan en insolvencias empresariales.
Aunque por el momento las tensiones de liquidez han sido limitadas, dice el FMI, los riesgos siguen presentes: el número de empresas con riesgo de recibir rebajas de su calificación crediticia hasta 'bono basura' se ha triplicado desde el comienzo de la pandemia. Y a este problema se une el de la situación de los hogares más vulnerables, que también pueden tensar las condiciones financieras en el caso de que se cancelen antes de tiempo las políticas de apoyo o si la recuperación económica no se completa. Por ello, el FMI considera que las medidas de expansión fiscal y monetaria seguirán siendo necesarias hasta que se consolide una recuperación sostenible. E insiste en que la comunidad internacional debe lograr una distribución equitativa de las vacunas en todo el mundo, para garantizar una reactivación económica uniforme.