El cambio en la normativa local del suelo atajará la subida de la vivienda

Asimismo, reconocen que al mantenimiento de dicha demanda está contribuyendo también la llegada de capital inversor que busca en el mercado residencial la rentabilidad que no encuentra en la Bolsa. Por ello, pronostican que la tendencia al encarecimiento continuará en lo que resta de año, que cerrará con una subida media de entre el 8 y el 15 por ciento ya que, aunque la Administración tome medidas para solucionar el problema del suelo, los efectos de las mismas sólo se dejarán notar a medio y largo plazo. «De momento, no existe ningún síntoma de desaceleración de los precios de la vivienda», mientras que su encarecimiento «está a punto de agotar el margen de accesibilidad a la vivienda que las familias encontraron por la bajada de tipos», advirtió el director general de Tasaciones Inmobiliarias (Tinsa), Germán Pérez Barrios. En cuanto a la solución a la subida de los pisos, el secretario general de la Asociación de Promotores y Constructores (APCE), Manuel Martí, considera que «no sólo pasa por poner más suelo en el mercado, sino por que los ayuntamientos dejen de financiarse con cargo al urbanismo, a través de distintas tasas, impuestos, cesiones y licencias». En este sentido, fuentes de Vallehermoso apuntaron a Europa Press que entre un 50 y un 55 por ciento del total de ingresos de los ayuntamientos proceden del urbanismo, mientras que el precio del suelo es responsable del 50 por ciento del importe que un ciudadano paga cuando compra su vivienda. Por ello, para la inmobiliaria, el origen de la escalada de los precios de la vivienda reside en el «problema crónico» de la financiación de los ayuntamientos que provoca que «reaccione tarde y de forma cicatera para poner suelo en el mercado ante una mayor demanda». Agilizar trámites La agilización y flexibilización de los plazos y trámites burocráticos necesarios para urbanizar suelo es otra de las medidas que los expertos estiman necesaria para recortar el encarecimiento de la vivienda. Según el director de Tinsa, el periodo medio de tiempo que actualmente es preciso invertir para convertir un terreno en un solar urbanizable oscila en una media de entre 4 y 10 años, aunque en ocasiones asciende hasta los 30 años. Por ello, Pérez Barrios estima necesaria una política urbanística «más rápida, flexible y generosa», reivindicación en la que coincide también el vicepresidente de Sociedad de Tasación, José Luis Estévez-Gilmail, quien considera preciso además una política de vivienda pública «más intensa».