Las empresas dispararon su deuda y temen una sucesión de quiebras
El Gobierno trabaja en medidas para aliviar la carga bancaria asumida por muchos negocios
El primer año de la crisis del coronavirus se ha saldado con las empresas españolas endeudadas como hacía cinco años que no lo estaban. Después de cinco años reduciendo sus compromisos con los bancos, la pandemia también ha movido los cimientos financieros de los negocios, que han tenido que acudir en masa a los préstamos avalados por el ICO (más de 100.000 millones respaldados por el Estado en 2020) con el objetivo de sostener su actividad lastrada por los confinamientos. De esta forma, la financiación de las empresas ha aumentado más de 50.000 millones de euros en el último ejercicio. Representa un 5,6% que el año anterior, hasta cerrar en los 942.405 millones de euros, según el Banco de España.
A medida que transcurrían los meses, los préstamos otorgados a las empresas han ido creciendo de forma exponencial. Sobre todo lo hicieron a partir de marzo, cuando el crecimiento interanual apenas era del 2%. En las semanas posteriores, con las líneas de financiación pública puestas en marcha por el Ministerio de Economía y los bancos formalizando créditos, la deuda asumida por los empresarios fue aumentando paulatinamente.
La mayor parte de esa deuda corresponde a los préstamos formalizados con los bancos (unos 506.000 millones de euros), frente a los valores representativos de deuda (unos 125.000 millones) y los créditos del exterior (309.000 millones). El problema al que se enfrentan ahora muchas empresas es que no ven la luz al final del túnel de esta crisis a la que aún le quedarían meses por resolver. De hecho, la banca viene advirtiendo en los últimos días, al ritmo que van presentando sus resultados anuales, de que muchas compañías —sobre todo las pymes— están a punto de entrar en situación de insolvencia y, por lo tanto, abocadas al cierre definitivo. Algo que podría derivar en un incremento de su morosidad.
Por ahora, Economía no ha puesto encima de la mesa ninguna otra medida, más allá de los créditos ICO y las modificaciones normativas sobre los concursos de acreedores. Aunque desde el departamento que dirige Nadia Calviño estarían analizando determinadas medidas de apoyo a estas empresas que puedan estar en riesgo de insolvencia y evitar quiebras generalizadas en un momento en el que la Economía cerró 2020 mejor de lo que buena parte de los analistas esperaban. La vicepresidencia económica no quiere que en este primer tramo del año, con la vacunación en marcha, la fragilidad de los negocios pueda entorpecer el camino de la recuperación. Entre otras cuestiones, algunos cambios en la ley concursal, que se está tramitando, podrían suponer un alivio ante los impagos que pueden afrontar algunos negocios por las restricciones, sobre todo en turismo y hostelería.
De hecho, la Federación Nacional de Empresarios de Ocio y Espectáculos (‘España de Noche’) ha denunciado que las entidades siguen no aplican ampliación de la moratoria del pago de los créditos ICO, a falta de dos meses para el vencimiento y después de que, el pasado 20 de noviembre, el propio Ejecutivo aprobara la ampliación de los plazos para hacer frente a la devolución.
La patronal del sector ha advertido de las «catastróficas consecuencias» que esto supone, tanto para sus empresas como para todas las pymes de otras actividades que se han acogido a las líneas de financiación del ICO.
Mientras tanto, las familias han conseguido sortear 2020 con menos deuda de la que tenían a finales de 2019. La explicación reside en una caída brutal de los gastos, el mantenimiento de muchos empleos gracias a los erte y la parálisis laboral que, aunque ha dejado 622.000 trabajos en la cuneta, ha permitido que muchos hogares se quiten hipotecas, y otros no hayan tenido que tirar tanto de los créditos al consumo.
La financiación a familias se redujo de hecho un 0,6% el año pasado, hasta los 696.509 millones. De esa cuantía, unos 511.000 millones de euros corresponden a hipotecas (un 1% menos) y 184.000 millones de euros a préstamos al consumo, con un crecimiento mínimo del 0,6%.