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Ribera viaja a Argelia días antes del cierre previsto del gasoducto marroquí

Publicado por
EFE

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La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica de España y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, viajó ayer a Argelia días antes de que expire el contrato para el suministro de gas a través del Gasoducto Magreb-Europa (GME).

No obstante, aclaró que el Gobierno argelino mantiene firme su compromiso de garantizar el suministro de gas natural en los términos ya fijados y está preparado para aumentar los volúmenes de exportación en caso de que España pidiera un incremento de esa oferta.

Según figura en la agenda del Gobierno, Ribera, que tiene previsto atender a los medios de comunicación en Argel, mantendrá encuentros ante la situación de este oleoducto que surte a Europa a través de Marruecos y España y cuyo contrato, que expira el 31 de octubre, Argelia ya avanzó que no iba a renovar tras romper sus relaciones diplomáticas con Rabat el pasado agosto. Argelia es el principal suministrador de gas de España que cuenta con otro gasoducto, el Medgaz, que llega directamente a Almería sin pasar por territorio marroquí.

El pasado 30 de septiembre el régimen argelino ya garantizó al ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, de visita en Argel, el suministro de gas a través de ese otro gasoducto de Medgaz.

Además, Argelia prometió compensar el descenso o los posibles problemas de suministro con una flota de buques con gas licuado, según dijeron entonces a Efe fuentes próximas al ministerio de Petróleo.

Ribera afronta un nuevo frente en el sector energético mientras siguen disparados los precios en el mercado mayorista de la electricidad que han llevado al Gobierno a tomar nuevas medidas para paliar el impacto en la factura. El Gobierno también ha planteado esta misma semana en Luxemburgo impulsar una reforma europea de los mercados del gas y la electricidad en la UE proponiendo, entre otros puntos, sacar el precio del gas del sistema marginalista en casos de violentas escaladas de precios como la actual.

El GME, construido a finales del pasado siglo gracias a la colaboración entre la española Enagás y la sociedad nacional argelina de hidrocarburos Sonatrach, enviaba cada año más de 8.000 millones de pies cúbicos de gas a España a través de una tubería de 1.400 kilómetros que arranca en el corazón del desierto argelino, penetra en territorio marroquí y se sumerge en el estrecho.