El 11 de septiembre y la mala gestión de los ejecutivos han hecho perder a la compañía 4.000 millones
United Airlines se declara en bancarrota pero mantiene sus vuelos
United Airlines, la segunda mayor aerolínea del mundo, se acogió ayer lunes al capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos, lo que repr
La empresa, que enfrentaba esta semana pagos de deudas por 875 millones de dólares, obtuvo una línea de crédito de 1.500 millones de dólares por parte de varios bancos para asegurar la continuidad de su servicio. Según los directivos, la compañía aún dispone de 800 millones de dólares en efectivo. United opera cerca de 1.700 vuelos diarios, cifra que un 20% de todos los que despegan desde Estados Unidos y tiene la red de rutas internacionales más extensa del mundo. La declaración de bancarrota en Estados Unidos es un proceso similar al conocido en España como suspensión de pagos: la empresa deja de pagar a sus acreedores y proveedores para renegociar con ellos y darle la oportunidad de llevar a cabo, bajo la supervisión de un juez, una reestructuración de us estrategia de negocio que le permita ser rentable de nuevo. Hasta ahora, los 83.000 empleados de la compañía son los dueños de la empresa, con el 55% del capital total. Pero la declaración de quiebra traerá consigo enormes recortes de personal y, además, se reconfirmará la estructura accionarial de la aerolínea, que seguramente pasará a ser propietaria de sus principales acreedores, entre los que figuran los bancos JP Morgan Chase y Citigroup. United, que es filial de UAL Corporation, se vió abocada a la bancarrota después de perder el miércoles la última baza que le quedaba, la obtención de fondos estadounidenses que le otorgaran un préstamo garantizado de 1.800 millones de dólares para sanear sus maltrechas cuentas. La administración de Bush negó a la empresa los fondos requeridos, algo que habían pedido los demás competidores por considerar que el rescate de United significaría recompensar la mala gestión de los directivos. «Va a ser doloroso para los accionistas y empleados, pero la aerolínea seguirá volando y saldremos de ésta más fuertes», declaró un portavoz de la compañía, «los pasajeros no deberían de notar la diferencia». Los sindicatos han pedido a los pasajeros que no abandonen a la compañía en esta etapa de reestructuración.