LAS CUENTAS PENDIENTES
Pelotazos. La primera condena penal del financiero catalán, destacado representante de la llamada beatiful people (la gente bonita) que dominaba la sociedad española a finales de la década de los ochenta a base de pelotazos bursátiles y otras maniobras similares, se conoció en mayo de 2000. La Audiencia de Barcelona le impuso entonces 1 año y 8 meses de prisión por falsificar documentos de KIO, pena que ratificó el Tribunal Supremo. Grand Tibidabo. Aún tiene que afrontar, al menos, otros dos juicios más en la Audiencia Nacional por desviar más de 400 millones de euros de las arcas de Torras, por los que se enfrenta a penas de hasta 42 años de cárcel. Además, debe responder en Barcelona por la quiebra de Grand Tibidado (petición de 13 años de prisión). Paraísos fiscales. La perspectiva económica del financiero catalán no es mucho más halagüeña, a pesar de que desde la Fiscalía Anticorrupción se sospecha que oculta un patrimonio multimillonario en cuentas bancarias de paraísos fiscales.