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La Audiencia condena también al antiguo diplomático Manuel Prado y Colón de Carvajal a 2 años de prisión

Cinco años de cárcel para De la Rosa por robar a KIO 11,4 millones

La Audiencia Nacional ha condenado al financiero Javier de la Rosa a 5 años y 6 meses de cárcel, y al antiguo diplomático Manuel Prado y Col

Javier De la Rosa es conducido a uno de los juicios por el desfalco a KIO, en una foto de archivo

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J.A.B. - MADRID.
León

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El fallo del tribunal, hecho público este miércoles, fue valorado de forma positiva por la Fiscalía Anticorrupción y la acusación particular, que ejerce en este caso Torras -satisfecha con la indemnización de 12 millones de euros más intereses que deberá abonar Manuel Prado-, a pesar de que las penas impuestas apenas alcanzan la mitad de las solicitadas por ellas. Por este motivo, ambas partes meditan la posibilidad de interponer un recurso de casación ante el Tribunal Supremo, camino que ya han decidido tomar las defensas de los tres condenados, incluido Jorge Núñez Lasso de la Vega, ex consejero delegado de Torras y castigado con un año y medio de cárcel. Un mes después de que concluyera la vista oral, y tras apenas media docena de sesiones para deliberar, los magistrados de la Sección Primera de lo Penal de la Audiencia han llegado a la conclusión de que De la Rosa aprovechó los momentos más delicados del Grupo Torras para «desviar fondos» de la empresa «sacándolos al extranjero», hacia una cuenta abierta por una sociedad (Wardbase) controlada por su amigo Prado. Esos hechos tuvieron lugar en las semanas anteriores al 26 de mayo de 1992, fecha en la que el financiero catalán dimitió de su cargo de vicepresidente en Torras y vendió su 20 por ciento de las acciones de la compañía. Según la sentencia, para «ocultar a los máximos directivos de KIO el pago» a Manuel Prado, De la Rosa alegó que tenía que retribuir al ex diplomático por su supuesta labor de intermediación entre los Estados español y kuwaití para reforzar el apoyo del primero a la Guerra del Golfo. Los jueces «desechan la verosimilitud de esa versión» porque, al mismo tiempo, «simuló» un contrato donde reflejaba otro motivo distinto. En ese documento, el financiero catalán justificaba el pago de casi 2.000 millones de pesetas a «un lobby de presión» (la sociedad instrumental Wardbase) por sus hipotéticas gestiones para favorecer la construcción de una planta de papel de Bélgica. Sin embargo, esta versión choca de forma radical con lo sostenido por Prado durante todo el proceso. Según éste último, todo se redujo a un «ajuste de cuentas» entre De la Rosa y él por los negocios que ambos compartían, y en los que había «un dinero pendiente».