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La nueva crisis energética impacta con la tarifa de la luz sin estabilizar

La reforma está congelada tras el rechazo de las asociaciones de consumo y las empresas

Una torreta de alta tensión en la localidad asturiana de El Berrón. ELOY ALONSO

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León

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Los más de 10,5 millones de hogares acogidos a la tarifa regulada de luz que están recibiendo estos días las facturas eléctricas de febrero se vuelven a percatar de los elevados precios a los que están pagando este suministro básico.

El recibo medio del PVPC (Precio Voluntario del Pequeño Consumidor), que hasta 2021 raramente superaba los 60 euros al mes, ha pasado a incrementarse más allá de los 130 euros de media, según los cálculos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Y la espiral irá a más, a tenor de cómo se comporta el mercado mayorista en esta nueva crisis energética derivada de la invasión de Rusia a Ucrania.

Casi nadie sospechaba a finales del año pasado, cuando se alcanzó el récord de 383 euros/MWh justo antes de Nochebuena, que apenas dos meses después el ‘pool’ superara ese nivel por una guerra en el Este de Europa. La mayoría de los consumidores esperaban que la espiral se calmara poco a poco hasta la primavera. Pero no ha sido así. Y los futuros anticipan precios elevados todo el año 2022.

Este nuevo contexto llega sin que la tarifa regulada haya sido modificada para estabilizarla, como había propuesto la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera. A principios de octubre, informaba de que ponía en marcha una consulta para cambiar esta modalidad tarifaria, a la que se pueden acoger suministros con menos de 10 kilovatios de potencia contratada, y que es la única vía para acceder a los descuentos del bono social eléctrico (rebaja de un 60% en la parte del consumo y hasta un 70% para determinados colectivos).

Un euro/kwh más estable

Se trataba de recabar «propuestas para reducir la volatilidad del PVPC y optimizar su diseño con vistas al proceso de transición energética», indicó el Ministerio. Era una de las peticiones de las eléctricas, y una de las medidas incluidas en el plan de choque del Gobierno. Su tramitación no era inmediata: el plazo de consulta expiró un mes después.

Pero en ese trámite se ha encontrado con la oposición de varias organizaciones de consumidores. Estas asociaciones consideraban que la propuesta, que implicaba fijar un precio medio del kwh para evitar grandes oscilaciones, supondría un perjuicio para los pequeños consumidores cuando el coste de la electricidad bajase. Y varios agentes del mercado energético también se oponían a esta reforma al considerar que el nuevo PVPC podría competir con las centenares de tarifas libres que operan en el mercado español.

El resultado es que la tarifa regulada sigue intacta justo ahora cuando la intervención militar rusa en Ucrania ha disparado los precios. Y sus titulares lo están pagando de forma considerable al ver horas en las que están pagando más de 0,30 euros/kwh.

Cambios, a largo plazo

Fuentes gubernamentales admiten que la reforma está frenada, «pero no aparcada». De hecho, recuerdan que el decreto 17/2021, el del primer gran plan de choque para amortiguar la subida de la luz, apunta que el precio resultante de las subastas de energía primaria puede suponer hasta el 10% del PVPC. «Se está trabajando en esas subastas», indican, para anticipar que puede haber cambios, «pero no a corto plazo», matizan.

Hacia el mercado libre

La tarifa regulada tiene una metodología distinta en otros países. En Francia, por ejemplo, está fijada a un año vista y su precio se calcula fundamentalmente como un promedio entre el coste de la nuclear histórica y el precio del mercado a plazo. En Portugal, también a un año, se calcula como un promedio del precio del mercado a plazo (para lo que el Comercializador de Último Recurso -CUR- adquiere a plazo) y una previsión del precio hecha por el regulador del país. En Gran Bretaña, se calcula cada seis meses, y en Italia, cada trimestre, para dar estabilidad a los recibos acogidos, aunque está previsto suprimirla en el año 2023. Incluso en Alemania, por ejemplo, ya no existe esta opción.

La deriva de precios que están sufriendo los consumidores del mercado regulado está llevando cada vez a más clientes a optar por algunas de las tarifas del mercado libre. ¿Ventaja? Cuentan con precios estables y anticipan cuál puede ser el importe del recibo a final de mes. ¿Inconveniente? Suelen ser, por lo general, más elevadas que el PVPC. Aunque con las últimas subidas de precios ya hay determinadas modalidades de contrato libre de Naturgy, Endesa o Iberdrola con precios más competitivos.

Aproximadamente un 40% de los usuarios siguen en el mercado regulado. Otro 60%, en el libre. Aunque el trasvase de clientes hacia la segunda modalidad se está acelerando en las últimas semanas, según apuntan fuentes del sector. Es un intento por contener el elevado coste de la factura de la luz.