La FED avisa que la subida de tipos causará «dolor» a familias y empresas
El presidente de la Reserva Federal de EE UU anticipa otra fuerte subida del precio del dinero
Mensaje alto y claro del presidente de la Reserva Federal (FED) estadounidense, Jerome Powell, para la economía global: la prioridad es la lucha contra la inflación, aunque eso implique entorpecer la recuperación económica.
Las idílicas montañas de Jackson Hole, donde desde el jueves se reúnen los principales banqueros centrales del mundo, no sirvieron ayer para templar los ánimos de Powell, que en un inusual discurso de tan sólo seis páginas —en el que la palabra inflación se repitió hasta 47 veces— aseguró que «podría ser necesaria otra subida de tipos inusualmente grande» en la próxima reunión de septiembre. Es decir, otros 75 puntos básicos al alza.
El funcionario acaba así con la esperanza del mercado de que el ritmo de endurecimiento de la política monetaria aflojasae un poco su camino, sobre todo tras conocerse que la inflación se moderó al 8,5% en julio, evidenciando que el alza de precios podría haber tocado techo en la primera potencia mundial. Pero ni por esas.
«Aunque la lectura de la inflación de julio es bienvenida, solo un mes de mejora se queda corto frente a lo que el Comité necesita ver antes de confiar en que está bajando», expresó Powell durante su discurso. Es más. Confía en que los tipos de interés más altos, el menor crecimiento y la relajación de las condiciones del mercado laboral ayuden a rebajar la tensión inflacionista. Como peaje a pagar, «también traerán algo de dolor para las familias y las empresas». Una frase que ha sorprendido al mercado, que tiene bien presente que el consumo privado representa casi el 70% del PIB de EE UU.
Powell reconoció que «reducir la inflación desde los niveles actuales conllevará un periodo sostenido de crecimiento por debajo de la media». Pero aseguró que cualquier «fallo» a la hora de alcanzar la estabilidad de precios «supondría un daño mucho mayor».
En un intento por evitar que los inversores se tomen su discurso como un mensaje de pesimismo más que como una demostración de firmeza, Powell también señaló que si el endurecimiento de la política monetaria se prolonga, «será apropiado reducir el ritmo».
Pese a ese guiño al mercado, la reacción bajista no se hizo esperar, después de unas jornadas de escasos movimientos en las que los inversores habían quedado prácticamente paralizados, a la espera de esta cita clave. Las caídas se acentuaron en Wall Street con pérdidas de más de 500 puntos (-1,65%) para el Dow Jones, mientras que el S&P 500 y el Nasdaq cedían más de un 2% al cierre de los mercados europeos. A este lado del Atlántico, Italia y Alemania se dejaron más de un 2% al cierre. Y el Ibex-35 perdió un 1,5% hasta los 8.063 puntos en su octava sesión consecutiva de caídas. Es su peor racha desde noviembre de 2017 con una caída acumulada del 5,3%.
«Las palabras de Powell son un reflejo de la realidad. La Fed no descansará hasta que la inflación esté bajo control», aseguró Callie Cox, analista del mercado estadounidense de eToro.
«Es significativo que su tono se haya vuelto agresivo de nuevo a pesar de las señales que indican que la inflación se está desacelerando... está dispuesto a arriesgar un mayor crecimiento y la salud del mercado laboral para reducirla más», insiste el experto.
Pero en el mercado también ha pesado la posibilidad de que esa estrategia de la Fed acabe obligando también al Banco Central Europeo (BCE) a acelerar en las subidas de tipos. Sobre todo ante un euro que lleva toda la semana jugándose la paridad con el dólar. De hecho, y según publicó la agencia Reuters, algunos miembros del organismo comandado por Christine Lagarde ya han mostrado su firme posición para que la siguiente subida de tipos sea de 75 puntos básicos. Un movimiento que sería completamente inesperado tras el alza de 50 puntos de julio y que, sin duda, pondrá en jaque a los inversores en las próximas sesiones.