El varapalo del BCE al impuesto a la banca obliga al Gobierno a modificarlo
Las entidades y el PP se refuerzan en sus críticas y ven legitimado su rechazo
El varapalo del BCE al nuevo impuesto a la banca fuerza al Gobierno, que ya había anunciado que lo adecuaría a la formulación que haga del suyo la UE, a «mejorar» el gravamen en el trámite parlamentario. Sin embargo, el Ejecutivo matizó ayer que no le retirará y que seguirá adelante con el proyecto.
Uno de los escollos está en que la imposición del Gobierno de Sánchez carga sobre los ingresos y no sobre los beneficios. Las entidades bancarias sector y el PP se reforzaron ayer en sus críticas a este nuevo gravamen y se ven legitimados para su rechazo.
Tras el dictamen del BCE, la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, salió en público a asegurar que España seguirá adelante con el impuesto temporal a la banca pese al informe publicado por el Banco Central Europeo aunque dijo que se abre a introducir «mejoras» durante el trámite parlamentario.
«Las cuestiones que suscita el BCE ya las habíamos analizado a la hora de diseñar el gravamen y ahora está atravesando el trámite parlamentario, en el que se podrán introducir todas las mejoras que considere adecuadas el Poder Legislativo de nuestro país», apuntó la vicepresidenta primera en declaraciones a los medios de comunicación en la Embajada de España en Londres.
Calviño reconoció que la valoración del BCE «no es particularmente sorprendente», ya que lo que hace es señalar cuáles son los asuntos a tener en cuenta a la hora de tomar decisiones al imponer este tipo de gravámenes, «tanto en España como en cualquier otro país que lo pueda estar considerando». No obstante, subrayó que son cuestiones que ya había tenido en cuenta a la hora de diseñarlo.
La responsable económica del Gobierno señaló que las grandes entidades financieras españolas están anunciando estos días «enormes beneficios extraordinarios que explican la justicia y adecuación de tener este gravamen temporal que garantice el reparto justo del impacto de la guerra».
Por ello, la ministra confió en que este gravamen temporal entre en vigor lo antes posible, aunque ha recordado que ahora se producirá la presentación de las correspondientes enmiendas a la proposición de ley que plantea el nuevo tributo. «Como en todos los proyectos, se mejorará el texto o se incorporarán aquellas enmiendas o propuestas que consideremos que son más valiosas y puedan mejorar el funcionamiento del impuesto», subrayó.
Calviño recordó que la proposición de ley incorpora un mecanismo por el que la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia (CNMC) y el Banco de España tienen que vigilar que no se produzca una traslación del impuesto a los clientes.
Además, señaló que el margen de maniobra de los bancos «es amplio», puesto que están anunciando unos beneficios récord «que hacen que el impacto del gravamen sea relativamente limitado».
Por eso, Calviño dijo que cree que el gravamen extraordinario no tiene por qué poner en riesgo ni la transmisión de la política monetaria, ni la concesión de crédito por parte de las entidades financieras, ni el buen funcionamiento del sistema financiero, que son las cuestiones que pide analizar el BCE. «Está claro que los bancos tienen margen y no necesitan trasladar este gravamen a los clientes», zanjó la vicepresidenta primera.
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, anunció que el informe del BCE no paraliza el impuesto a la banca
El PP, que cargó ayer contra el Gobierno, propuso que el impuesto a los ingresos extraordinarios de la banca se destine «de manera directa» a financiar el fondo que Alberto Núñez Feijóo reclama para ayudar a que las familias con menos rentas hagan frente a la hipoteca ante la subida de los tipos de interés.
«En definitiva, el resumen de esta semana es un Gobierno a la deriva», enfatizó la secretaria general del PP, Cuca gamarra, que lamentó que este sea el Ejecutivo que tiene España en un momento «tan difícil y tan complicado». A su entender, «otro Gobierno es posible» de la mano de Feijóo, centrado en los «problemas» de la gente y en «aliviar» la situación económica de las familias ante la elevada inflación o la subida de las hipotecas.