Apenas la mitad de las empresas sobrevive tres años después
La mortalidad de las empresas españolas está a la cabeza de Europa. Cada año desaparecen más de 22.500 negocios, lo que supone el 9,3% de los radicados en territorio nacional que tienen empleados, un porcentaje que supera en casi punto y medio la media comunitaria, situada en el 7,9%, según un informe publicado por Cepyme, que denuncia que las cargas laborales y los impuestos son los grandes lastres para el crecimiento de las empresas.
Es más, si se mira a más largo plazo, apenas la mitad de las empresas españolas con empleados (el 52,7%) sobrevive tres años después de su creación, de nuevo una proporción sensiblemente inferior a la media europea (56,3%) y mucho más baja que la de la mayoría de socios, lejos de países vecinos como Portugal (64%), Bélgica (61,8%), Alemania (58,6%) o Francia (58,5%). Y este nivel desciende hasta el 40,4% pasados cinco años.
En realidad, la vida media de las empresas españolas no alcanza los once años, lo que resulta unos seis años y medio menos que la media europea. En Italia, Portugal y Alemania, la esperanza de vida empresarial supera los doce años e incluso se eleva por encima de los 55 en el caso de Dinamarca.
Esto está relacionado con el tamaño de las empresas españolas, que son un 24% más pequeñas que la media europea (hay que tener en cuenta que más del 99% del tejido español está conformado por pymes). De hecho, la empresa alemana triplica su tamaño y la británica lo duplica. Este menor tamaño lastra la productividad española, según advierte Cepyme, que destaca que la productividad de las grandes empresas es 2,5 veces superior, una brecha que supera la media comunitaria. El informe de Cepyme sugiere que los beneficios de aumentar el tamaño medio de la empresa española serían numerosos: permitiría reducir de forma permanente el paro, aumentar el crecimiento de la economía española, reducir el déficit fiscal y recortar la deuda.