El coste de los créditos se dispara a su nivel más alto en cinco años
El interés de los préstamos para compras diarias es del 7,3% y el de las tarjetas revolving, del 18
Los gastos navideños van a salir este año mucho más caros a los ciudadanos si optan por financiar todas o una parte de las compras que realicen estas semanas previas a los días festivos Porque el alza de tipos de interés en la que viene insistiendo el Banco Central Europeo (BCE) desde julio ya se está reflejando directamente en el coste de los créditos de los que se valen las familias para el consumo diario.
En concreto, hasta el pasado mes de octubre, el tipo de interés medio de los préstamos personales (los que sirven para financiar compras en el supermercado, adquisiciones de regalos, viajes, electrodomésticos, mobiliario e incluso automóviles, por ejemplo) se encuentra en el 7,29%. Se trata del coste más elevado no solo en lo que va de año, sino prácticamente de los cinco últimos ejercicios. Desde finales de 2017 los españoles no tenían que pagar tanto por financiar sus compras habituales como lo están haciendo estos meses, según los últimos registros actualizados del Banco de España.
La evolución de los tipos de interés en este tipo de préstamos personales no ha parado de ascender en los últimos meses. En diciembre del año pasado, en plena Navidad, el coste de este tipo de financiación al consumo se situó de media en el entorno del 6%. E incluso en noviembre de 2021 llegó a bajar hasta el 5,6%, su registro más bajo de la historia.
Entonces, comprar a plazo salía más barato que nunca. Sin embargo, los intereses de estos créditos han recorrido el mismo camino que el de otro indicador de financiación, el del euríbor hipotecario. Durante todo este año no ha parado de subir en ningún mes. Y los ascensos han sido más pronunciados tras el verano, con la nueva política monetaria del BCE, que ha elevado el precio oficial del dinero desde el 0% en el que se encontraba desde hace seis años hasta el 2% actual.
Por ejemplo, un préstamo concedido hace un año por un importe de 3.000 euros a tres años para cualquier financiación al consumo pagaría de intereses unos 280 euros a lo largo de toda la vida del préstamo. Ese mismo crédito le costaría en intereses a ese consumidor casi 350 euros. Es decir, casi 100 euros más en intereses en apenas 12 meses.
Además, hay que tener en cuenta que los registros del Banco de España hacen referencia a octubre y todavía no han incorporado las nuevas subidas de tipos que están aplicando numerosos establecimientos financieros de crédito y entidades bancarias a la financiación al consumo durante las últimas semanas. A medida que transcurren los días, esos tipos van incrementándose para recoger el alza oficial de los tipos.
La otra vía por la que una buena parte de los ciudadanos se endeuda en fechas señaladas como las previas a Navidad es a través del uso de las tarjetas de crédito. En concreto, la modalidad ‘revolving’. Esto es, las que permiten gastar dinero a través de una línea de financiación que se va regenerando a medida que se va pagando. De esta forma, la deuda puede eternizarse a lo largo de muchos meses o años.
Compras sin límites
Este tipo de tarjetas —muy visibles en determinados centros comerciales y campañas de financiación directa— aplican en estos momentos un tipo de interés del 18%. Se trata del coste más bajo de los últimos años, según los datos del Banco de España, aunque implica un gasto financiero elevado para muchas familias, sobre todo si tienen ingresos exiguos y pocos conocimeintos económicos.
Esta modalidad de pago ha atravesado su propio camino en el desierto, no exento de polémicas. A principios de 2020, el Tribunal Supremo anuló los tipos de interés que cobran las entidades con estos productos si era «desorbitados» con respecto a la media que aplican el resto de bancos. En una sentencia hecha pública en febrero de aquel año, justo antes de la pandemia, condenaba a Wizink Bank —uno de los principales establecimientos de crédito en España— por cobrar unos intereses muy superiores al precio normal del dinero y manifiestamente desproporcionados. La sentencia considera que, en ese caso, son intereses usurarios y por tanto contrarios a la normativa.
Hace tres años, los intereses de estas tarjetas se situaban, de media, muy cercanos al 20%, aunque poco a poco fueron bajando por la política de tipos del BCE y el fallo del Supremo.