Los combustibles inician el año con alza de precios tras el final de la bonificación
El comercio comienza a actualizar la bajada del IVA a la espera de que los alimentos reflejen la caída de los costes de los últimos días
El precio de los combustibles ha comenzado el año con unas subidas que se vienen materializando prácticamente desde el martes de la semana pasada, cuando el Gobierno anunció oficialmente que acaba con la bonificación universal de 20 céntimos de euro por litro repostado entre los consumidores. La primera jornada hábil de 2023, la de este lunes, se ha estrenado con los carteles de las estaciones de servicio mostrando precios de 1,61 euros por litro en el caso de la gasolina 95, y hasta 1,68 euros en el diésel. Estos costes suponen un incremento del 2,5% en ambos tipos de productos en apenas una semana.
El alza de los combustibles se encuentra muy vinculada a la evolución que ha experimentado el precio del petróleo en las últimas semanas. El barril de Brent llegó a caer hasta los 75 dólares en la primera quincena de diciembre, aunque poco a poco fue recuperando terreno hasta terminar el año 2022 en los 86 euros. Este lunes no hubo cotización del crudo al encontrarse cerrado el mercado de valores de Londres, donde se negocia la materia prima. Es decir, que en las próximas jornadas el precio de los combustibles seguirá reflejando el alza que ha experimentado el petróleo y sus derivados hasta final de año.
Gasolina y diésel se muestran especialmente sensibles a cualquier variación del Brent desde que comenzó la invasión rusa de Ucrania. De hecho, a principios de 2022, cuando el crudo cotizaba en el entorno de los 85 dólares por barril, la gasolina costaba unos 1,50 euros el litro (frente a los 1,61 euros actuales) y el diésel mostraba un precio muy inferior al actual, y por debajo del de la propia gasolina, en los 1,40 euros por litro.
En estos meses, además del alza del crudo en el mercado internacional, se ha sumado la falta de combustible procedente de Rusia, así como los cuellos de gestión en las refinerías, una circunstancia que ha incrementado los precios por encima de lo habitual.
Los consumidores se encuentran este panorama justo cuando ha decaído la ayuda generalizada de 20 céntimos de euro por litro respostado que había puesto en marcha el Gobierno a principios de abril. Desde el pasado 1 de enero, el Estado ya solo sufraga esta subvención a los colectivos que precisan del combustible para su actividad, como los transportistas, agricultores, pescadores o ganaderos, entre otros colectivos.
El Ejecutivo argumentó la necesidad de acabar con la bonificación universal por la evolución de los precios de los combustibles, que se encuentran en un nivel como el que tenían en las semanas previas al inicio de esa ayuda en abril. Pero el mercado tiene un comportamiento completamente autónomo a estas decisiones y, por ahora, los precios comienzan a comerse parte de esa ayuda con las alzas de las últimas jornadas.
Está por ver si ocurrirá también lo mismo con el coste de los alimentos básicos en los supermercados, cuyos lineales comenzaron a aparecer este lunes con las nuevas referencias de las bajadas del IVA autorizadas por el Gobierno en el tercer paquete anti-crisis aprobado la semana pasada. Se encuentra establecida una rebaja del IVA del 10% al 5% para la pasta y el aceite, y no se paga el impuesto en productos básicos como pan, harinas, leche, queso, huevos, frutas, verduras, hortalizas, legumbres, patatas y cereales. Supondrá un ahorro de 661 millones para las familias, según cálculos del Gobierno, pero quedará eliminada si la tasa de inflación subyacente (actualmente en el 6,3%) baja del 5,5%.
Lo reflejará el IPC
Los distribuidores han cambiado todas las etiquetas y, al mismo tiempo, han comenzado a instalar carteles con avisos a los clientes sobre la rebaja del IVA en determinados productos. Otro aspecto distinto es el deseo del Ejecutivo de que las grandes superficies indiquen en los ticket de compra la diferencia entre los precios con el IVA anterior y el actual. «Es muy complicada de identificar, porque depende de la compra que haya hecho cada uno», explica Ignacio García Magarzo, director general de Asedas. En todo caso, insiste en que «lo importante es que la medida se va a percibir en el IPC».
El problema es que los expertos vaticinan que los precios de los alimentos pueden continuar al alza y, por tanto, fagocitando la rebaja del IVA. El incremento de los fertilizantes y la energía son los factores clave porque los costes de producción se disparan. Tanto en un caso como en otros sus costes se encuentran en descensos en las últimas semanas.