La cesta de la compra, inmune tras el primer mes con la rebaja del IVA
Productos básicos como el pan, el aceite o las frutas mantienen todavía sus precios sin mover
La rebaja del IVA de la alimentación básica no ha tenido aún ningún efecto en la elevada cesta de la compra con la que han cargado los españoles en los últimos meses. Ni para bien. Ni para mal. Los precios de productos como los huevos, el pan, la leche o el aceite han deambulado por su cuenta en la cuesta de enero de 2023. Y no han hecho precisamente más fácil superar este primer mes del año habitualmente condicionado por los elevados gastos de la Navidad y las débiles expectativas económicas.
Después de semanas negociando las medidas del tercer gran paquete gubernamental para amortiguar los efectos de la crisis por la guerra de Ucrania y la escalada de precios, la inflación de los alimentos no da síntomas de flaqueza. A falta de conocer el dato definitivo del IPC de enero —se conocerá el día 15—, nada hace prever que los paseos por los supermercados hayan salido más baratos que a finales del año pasado. La inflación de los alimentos cerró diciembre por encima del 15% —la tasa general se encuentra ahora en el 5,8%— y, con los datos obtenidos por este diario en algunas de las grandes cadenas de distribución, el nuevo IVA apenas se ha dejado notar en los ticket de la compra.
De los siete productos básicos analizados y comparados semanalmente desde principios de enero hasta esta misma semana, la conclusión es firme: los precios apenas se han movido. Y si lo han hecho, en algunos casos, ha sido para subir. Son los menos. Al igual que los PVP (Precio de Venta al Público) que realmente han bajado este mes. Solo en circunstancias muy puntuales. Y apenas uno o dos céntimos.
De esa treintena de productos analizados en cuatro cadenas (pan, huevos, calabacín, manzana, harina, aceite de oliva y macarrones), solo en ocho casos se ha comprobado una variación de precios en este mes. La mitad para subirlos y la otra mitad para bajarlos con respecto a las referencias del 1 de enero. En este mismo periodo, los informes de coyuntura de precios de los alimentos elaborado por el Ministerio de Agricultura refleja una gran fluctuación de costes, al alza en la primera quincena de enero y más a la baja en el segundo tramo del mes. Aunque esas cotizaciones no van directamente a la cesta de la compra.
Cuando el Ejecutivo aprobó la rebaja del IVA del 4% al 0% para el pan o la leche, entre otros, y del 10% al 5% para el aceite, entre otros productos, distintos cálculos estimaban que esta medida supondría un ahorro medio de unos dos euros al mes.
Desde organizaciones de consumidores, como la OCU, han advertido en este mes de que las empresas de distribución han aplicado redondeos del precio desfavorables al consumidor, productos baratos que desaparecen, obligando al usuario a adquirir una marca más cara, rebajas reales del IVA no aplicada, e incluso subidas de precios.
La percepción es que la cesta de la compra ha obviado esta medida de carácter fiscal. ¿Por qué? Fundamentalmente, tal y como explica Javier Millán-Astray, director general de Anged (Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución), porque «como ha señalado el ministro Planas, todavía hay un margen en este trimestre para que comience a notarse la moderación de precios en la cesta de la compra». El responsable de esta organización apunta que «será dentro de unas semanas», pero todavía no.
Distintas fuentes de la cadena de valor de los alimentos y de los productos elaborados insisten en que todavía están soportando costes muy elevados. Y cuando hablan de costes se refieren casi exclusivamente a los energéticos, los del transporte y los de las materias primas. En el primer caso, porque los contratos eléctricos firmados en su momento todavía no han vencido. Y se rubricaron con precios muy elevados, los que registraron tanto la luz como el gas en récord durante el verano pasado, en muchos casos. Vinculada a esa realidad de los contratos a largo plazo se encuentran una parte de los costes del transporte de los proveedores, cuyos precios se establecen por trimestres. Y porque aunque han caído precios de materias primas en los mercados internacionales (así lo indican registros como los de la FAO), esos costes bajos tardan en trasladarse al producto final.
«En la industria sigue habiendo una importante presión de precios», según Anged. Todos los productores, agricultores, ganaderos y sobre todo la industria alimentaria y los distribuidores agradecen la rebaja del IVA. Pero apenas ha servido por ahora para que el consumidor note esta medida. En el horizonte queda un recorte adicional del IVA de la carne y del pescado, como le piden al Gobierno algunos partidos de la oposición. O la propia limitación de precios, basada en una cesta de la compra con costes limitados, como insiste la vicepresidenta Yolanda Díaz. La evolución de la cesta de la compra condicionará cuál puede ser el siguiente paso a dar para evitar la escalada en las tiendas mientras el resto de costes siguen descendiendo lentamente.