Mercadona obtiene unos beneficios de 718 millones de euros, un 5% más
La empresa, que subió los precios un 10% en 2022, obtuvo una facturación de 31.041 millones
En un momento en el que los empresarios están sufriendo una campaña de ataques, incluso desde el propio Gobierno, Juan Roig, presidente de Mercadona, el gigante de la alimentación en España, hizo un profundo alegato en defensa de los empresarios «Tener beneficios es una cosa muy buena. En España parece que lo queremos ocultar», denunció.
Así es como inició este martes su tradicional rueda de prensa de los resultados anuales de la compañía valenciana que, una vez más, volvió a exhibir músculo y obtuvo una facturación récord de 31.041 millones de euros en 2022 gracias a la escalada de la inflación e incrementó su beneficio un 5% hasta los 718 millones. Eso sí, Roig precisó que lo que «no es saludable, no es bueno» es que tener beneficios se convierta en «el principal objetivo», ya que —abogó— «hay que hacerlo compatible y compartirlo con toda la sociedad, con los cinco componentes»: clientes, trabajadores, proveedores, sociedad y capital.
El presidente además advirtió que «si no hay beneficio, no se puede reinvertir, mantener una empresa, actualizar sus activos.». Por eso, desde la tribuna en la que cada año se enfrenta a los medios de comunicación en la sede de Mercadona en Paterna (Valencia) hizo una petición: «Hay que transmitir este mensaje a la sociedad: los beneficios es una cosa indispensable y necesaria y cuantos más beneficios se tengan, mejor». De igual manera, defendió con uñas y dientes el valor que los empresarios tienen en la sociedad, a los que les otorgó el papel protagonista en la creación de riqueza. «Creemos firmemente que los empresarios, directivos y trabajadores somos los que generamos riqueza en un país. Cuantos más empresarios tenga un país, más riqueza habrá. Y cuanto más beneficio haya, mejor», incidió. «Hemos subido los precios una burrada» Así, Roig se mostró «muy orgulloso» de los 99.000 trabajadores de Mercadona que «se han dejado la piel» para paliar el impacto de la inflación en el bolsillo de sus clientes.
Pese a que han sabido «gestionar muy bien» la empresa, admitió que no han conseguido frenar el fuerte alza de los precios en la alimentación. «Hemos subido una burrada los precios», reconoció Roig, quien, sin embargo, explicó que los costes para su compañía se han incrementado un 12% y ellos a los clientes les han trasladado solo el 10%. Por ello, su margen ha caído en 140 millones, un -0,6%, y su rentabilidad ha sido una de las más bajas de la historia. «Si no hubiéramos subido los precios, el desastre en la cadena de producción hubiera sido impresionante», se justificó.
Roig tampoco tuvo reparos a la hora de reconocer que «la inflación les tiene muy preocupados» y admitir que esta escalada de los precios está detrás de esta subida sin precedentes de su facturación, que aumentó en 2022 un 11% hasta los 31.041 millones. «Ningún año hemos dado un salto tan grande. Tendríamos que haber vendido menos de 30.000 millones», admitió. El beneficio neto, después de que el año pasado cayeran y no lograran cumplir objetivos azotado por el encarecimiento de la energía, volvió a la senda positiva.