La situación crítica de Credit Suisse reactiva el pánico a la banca y complica la vida al BCE
El organismo contacta con las entidades tras el desplome que provocó pérdidas del 4,3%
Ni guerras, ni pandemias ni precios disparados. Si hay algo que de verdad aterroriza a los inversores es una crisis de confianza como la que empieza a asomar tras el reciente colapso del Silicon Valley Bank. El mercado mandó ayer un firme mensaje a los bancos centrales: no quiere más subidas de los tipos de interés, ante el riesgo de un estallido bancario que pueda ser mucho más doloroso que la mismísima inflación. Con el nerviosismo latente antes de la reunión del Banco Central Europeo (BCE)de este jueves, las caídas en las bolsas del Viejo Continente rondaron el 3,5%. El Ibex-35 fue el peor parado con un desplome del 4,37%, su peor sesión en 16 meses, hasta los 8.759 puntos. El pánico vendedor se centró de nuevo en el sector bancario, con pérdidas del 10,5% para Sabadell, del 9,6% para BBVA, y cercanas al 7% también en Santander, CaixaBank y Bankinter. Unicaja, por su parte, perdía un 6% de su valor.
La huida de los inversores provocó incluso que cuatro bancos europeos viesen suspendida su cotización para evitar males mayores: el francés Société Générale, los italianos Monte dei Paschi, Unicredit y el Credit Suisse, con una caída del 24%. El banco suizo ya ha confirmado un secreto a voces en el mercado, con «deficiencias importantes» en su información financiera. La mecha del desplome El caos es absoluto. Y aunque los bancos europeos parecen lejos de sufrir situaciones similares, fuentes financieras reconocen cierta preocupación por el riesgo de contagio. Según explican, una de sus principales actividades es la de actuar de depositario de la liquidez de muchas gestoras de fondos. Y aquí, el contagio se dejaría notar en todos los países. El propio BCE ha comenzado a contactar ya con los bancos bajo su supervisión, para conocer su exposición a la entidad. La difícil situación obligó ayer a pronunciarse al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la Cumbre España-Portugal. «Hay que trasladar un mensaje de cautela y prudencia», indicó. «Europa tiene un sistema de supervisión reforzado que ha hecho que la banca tenga unos ratios de liquidez y solvencia muy superiores a los de antes de la crisis. Y la española, aún más», insistió.
La defensa del sector también llega desde Bruselas. Pero los inversores no se fían y todas las miradas se dirigen hacia Fráncfort, donde el BCE se enfrenta hoy a una de sus decisiones más complejas de los últimos tiempos: mantener su plan de lucha contra la inflación subiendo los tipos de interés en 50 puntos básicos como estaba previsto; o ceder a la presión del mercado y primar el miedo a que esta crisis sea un reflejo de que la temida recesión ya ha llegado.