«En España no será necesario retrasar la edad de jubilación»
Su cara refleja la satisfacción de haberlo conseguido. Eran pocos los que pensaban que iba a ser capaz de llevar a cabo el reto más importante que tiene España, la gran asignatura pendiente del país: reformar el sistema de pensiones para lograr su equilibrio financiero tras más de una década en números rojos. Pero José Luis Escrivá ha cerrado su diseño con el apoyo de los sindicatos, con el previsible respaldo de la mayoría de partidos y con el aval de Europa. Y no, él no duda de que estas medidas perdurarán y no se necesitarán más cambios al menos hasta 2050, pese a que son muchos, entre ellos su querida Airef, los que lo ponen en duda.
—Por fin tenemos una reforma completa de las pensiones. ¿Ha hecho la reforma que ha querido o la que le han dejado?
—Es la que proponía el Pacto de Toledo
—Pero ha tenido que ir modulando sus ideas iniciales. ¿Le hubiera gustado una ampliación de años mayor para calcular la pensión inicial?
—Con el periodo de cálculo pretendemos dar respuesta a la recomendación del Pacto de Toledo de personas, sobre todo mujeres, que sufren baches en su carrera laboral. La solución que hemos acordado es plenamente satisfactoria y conseguimos mejorar la sostenibilidad del sistema.
—¿Cómo ha conseguido que Bruselas aceptara el método de cálculo dual cuando exigía una ampliación de años?
—Esta solución implica durante el periodo transitorio efectivamente un gasto mayor, que es moderado, y eso lo hemos compensado con ajustes adicionales en el mecanismo de equidad intergeneracional. Pero las conversaciones con la UE se han centrado en la arquitectura del sistema desde el punto de vista de la sostenibilidad y en que existan métricas y procedimientos que nos garanticen a todos que el sistema es robusto, sostenible y sólido en un horizonte que se extiende hasta 2050, que es cuando el sistema estará más tensionado.
—¿Está dando Bruselas más margen de maniobra a los países para negociar la reforma?
—Creo que se da más margen a los países a definir sus propias sendas, que sean creíbles, pero que sean realistas. Y, al mismo tiempo, lo que hay que hacer es establecer mecanismos más explícitos de corrección en caso de desviaciones.
—¿Considera entonces que esta reforma de las pensiones es la definitiva?
—Por supuesto, esta reforma permanecerá en el tiempo. Esta reforma es más ambiciosa que las reformas anteriores y el sistema sale muy robusto y muy sólido.
—¿Puede afirmar que las pensiones en España mantendrán en 2050 el actual nivel de generosidad?
—En España este nivel es del 75% del último salario y es una exigencia del Pacto de Toledo que continúe siendo así. Las pensiones tienen que mantener su poder adquisitivo y, en la medida en la cual los salarios evolucionen manteniendo también el poder adquisitivo, sí se mantendrá este nivel.
—Ahora no se ha tocado la edad de jubilación, que es lo que ha hecho Francia. ¿Pero será necesario en el futuro retrasarla aunque sea solo un poco?
—No, no, el sistema con todo lo que hay ahora es sostenible. España ha hecho reformas paramétricas hace ya tiempo que hacen que nuestro sistema sea muy sólido y muy sostenible. Perfectamente sostiene niveles de pensiones como los actuales mediante el robustecimiento del sistema por la vía de los ingresos y las medidas sobre incentivos positivos a la jubilación demorada y de desincentivos a la jubilación anticipada.
—¿Entonces al menos hasta 2050 se mantendrá la actual edad de jubilación?
—Los cálculos nos dicen que la edad legal de jubilación actual es absolutamente suficiente para mantener la sostenibilidad del sistema a corto, medio y largo plazo.
—La Airef, sin embargo, no piensa lo mismo.
—Hemos incluido una cláusula de cierre que dice que, en caso de que hubiera una desviación significativa respecto a la senda de sostenibilidad prevista, el Gobierno, junto con el diálogo social y el Pacto de Toledo, propondrá medidas para corregir dicha desviación. Pero creo que son esos los actores que deben decidir cuáles serían las medidas a tomar.