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Las eólicas y fotovoltaicas empiezan a tener oposición por la avalancha de proyectos

La autorización administrativa que más preocupa es la del verano porque es la de la construcción de los parques

Imagen de un huerto solar. RAMIRO

Publicado por
León

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Quimet, Dolors, Antoine y Olga. Son personajes ficticios. De película. Pero podrían convertirse en cualquiera de los habitantes de decenas de municipios en los que están proyectadas algunas de las grandes plantas de renovables para los próximos años. Quimet, Dolors, Antoine y Olga son los protagonistas de Alcarrás y As Bestas , las películas que han sabido proyectar la complejidad que implica instalar eólicas y solares en algunas zonas.

El apoyo social a las tecnologías limpias para producir luz está fuera de toda duda. La última encuesta del CIS revela que entre el 67% y el 74% de la población apoya esta transformación energética. El rechazo es mínimo, apenas del 5%. De hecho, la prueba más fehaciente de su aceptación es que cada vez que sopla mucho viento o hace mucho sol, el precio de la luz baja por la aportación de estas centrales. Pero cuando se trata de albergar alguna de las instalaciones previstas en sus términos municipales, la película cambia.

Las trabas sociales con las que se están encontrando las promotoras de algunos de estos proyectos suponen un obstáculo más a batir dentro del ya de por sí complejo proceso burocrático para instalar renovables. Desde el momento en el que se presentan los estudios hasta la puesta en marcha de cualquier parque tienen que transcurrir años.

Los parques con grandes aerogeneradores se encuentran con una parte de la oposición vecinal, que no es mayoritaria, pero que sí ha conseguido hacerse con un hueco en la agenda pública. El desarrollo de un gran planta en la provincia de Teruel ha sido crucial.

El punto de inflexión de esta situación llegó a mediados de enero de este mismo año. El día 25 de ese mes terminaba el plazo legal para que el millar de proyectos de renovables (eólicos y fotovoltaicos) pendientes de recibir la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) por parte de las administraciones central y autonómicas obtuvieran respuesta.

Julio, otro mes clave

Transición Ecológica, el departamento del que dependen los parques con más de 50 megavatios (Mw) de capacidad (los de menor potencia dependen de las comunidades autónomas) autorizó 154 expedientes con DIA positiva, 36 han obtenido DIA negativa y 12 se han archivado. La potencia de los proyectos evaluados asciende a 35.879 Mw, de los que 27.943 Mw han obtenido la DIA favorable; corresponden a 132 proyectos fotovoltaicos (24.752 Mw), a otros 20 eólicos (2.897 Mw) y a dos proyectos híbridos (294 Mw).

Nuevos hitos

Ahora las miradas se centran en dos nuevos hitos: abril y julio. La autorización administrativa que más preocupa en el sector es la del verano, porque es la de construcción. Solo la eólica se juega 12 Gw de potencia y otros 50 Gw en fotovoltaica. «A lo que nos enfrentamos es a que en 2025 haya una explosión renovable, porque es cuando deben estar instalados», recuerda Juan Virgilio Márquez. «Es muchísima potencia renovable instalada en muy poco tiempo. Dependerá mucho, por si no se pueden financiar». Márquez considera que es en los procesos de consulta pública «donde más alarma social se genera». «Se crea el mensaje de de que va a haber una acumulación de proyectos», indica. Y esa sensación es la que puede asustar a parte de la población. Aunque el ejecutivo de la AEE apunta que una parte de esos proyectos no llegan a concluirse y que van quedando en el camino.

Esta avalancha de parques es la que genera, en cierta medida, temor en la población. Pero ¿qué tipo de miedos existen ante una planta renovable, que no contamina, genera energía limpia e inyecta millones de euros a los municipios? Ladislao Montiel, de la Fundación Renovables, considera que el PNIEC «no previó bien la alta demanda de proyectos y la evolución en precio a la baja de la eólica y la fotovoltaica». Solo el año pasado se conectaron a la red 3.918 Mw de nueva potencia fotovoltaica, hasta alcanzar los 19.203 Mw al cierre del ejercicio y una subida interanual del 26%. La eólica creció un 4%, hasta situarse en los 29.737 Mw.

La Fundación Renovables pone en acento en realidades sobre las que se ha obviado el impacto de estos parques, por muy renovables que sean.