Sanidad, Seguridad Social y Educación pierden peso

Los principales servicios públicos cada vez están más tensionados, pero no han sido priorizados al decidir el aumento de funcionarios. Solo hay que escuchar a los ciudadanos que han intentado realizar alguna gestión con la Seguridad Social para darse cuenta de que una gran mayoría quedan desatendidos durante semanas y meses. Según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), los empleados de la Seguridad Social han descendido un 33%, desde los 39.600 empleados públicos que había en 2012 hasta los 26.400 de 2022. La escasez de personal se ha querido suplir con una gestión telemática farragos.

También en el sistema sanitario hay problemas. Aunque más del 80% de los encuestados por el CIS valoran la atención recibida del médico, el 39,3% cree que el problema de las listas de espera ha empeorado y un 45,9% asegura que le está afectando el colapso de los centros de atención primaria.

En la educación, el número de asalariados en la enseñanza no universitaria ha subido un 7% en los últimos diez años en más de 30.000 pero su proporción sobre el total de empleados públicos de las comunidades ha caído en cuatro puntos porcentuales: del 40,7% que suponía en 2012 al 36,5% actual.