La energía nuclear, el gran escollo en la cumbre del G-7 de Medioambiente
Los ministros de Energía y Medioambiente del G7 acordaron ayer acelerar los esfuerzos para abandonar el uso del carbón y otros combustibles fósiles, aunque hubo división en cuanto a plazo y métodos y, sobre todo, con respecto al uso de energía nuclear, sobre todo tras la decisión alemana de cerrar sus últimas centrales.
«Subrayamos nuestro compromiso, en el contexto de los esfuerzos globales, por acelerar la eliminación gradual de los combustibles fósiles para alcanzar sistemas de energía con emisiones netas cero para 2050», señala la declaración conjunta adoptada por los ministros al término de su reunión celebrada en Sapporo (norte de Japón).
El documento no acompaña esta promesa con un plazo concreto antes de 2050, tal y como habían reclamado varios de los integrantes del G7, debido al desacuerdo entre algunos países, como el anfitrión, cuyo suministro energético depende altamente del carbón y de la importación de gas y petróleo.
Los ministros llaman a diversificar las fuentes de suministro energético y a desarrollar con rapidez «energías limpias, seguras, sostenibles y asequibles» dentro del marco de acción global acordado para 2050 y dirigido a limitar el incremento planetario de temperaturas a 1,5 °C.
Una de las fuentes de suministro eléctrico propuestas por el anfitrión es la energía nuclear, motivo de desacuerdo con el resto de países del grupo, especialmente Alemania, quien ayer desconectó sus últimos reactores. «Los países que optan por utilizar la energía nuclear reconocen su potencial para proporcionar energía baja en carbono asequible que pueda reducir la dependencia de los combustibles fósiles, para abordar la crisis climática y garantizar la seguridad energética mundial», recoge el documento firmado ayer. Pero Alemania se opone y ha desconectado las últimas tres nucleares.