Iberdrola llega a la junta de accionistas con sus cifras en récord histórico
La compañía incrementa un 10% su valor desde finales de 2022 y supera ya los 77.000 millones de euros de capitalización bursátil
Puede parecer un contrasentido, pero Iberdrola llega a su junta anual de accionistas -se celebrará en Bilbao el próximo viernes- en el mejor momento de su historia económica. A un lado están los enfrentamientos con el Gobierno por la fórmula utilizada para regular el precio del mercado diario de la electricidad y el coste de la factura del gas; el recurso en los tribunales por el gravamen que el Ejecutivo de Pedro Sánchez ha impuesto a las energéticas sobre la facturación de 2022 y 2023 y también un distanciamiento social, porque buena parte de la población está convencida de que las eléctricas han aprovechado la coyuntura para maximizar sus márgenes. Es quizá la época de mayor tensión institucional en torno a la empresa. Pero junto a ello está el otro lado, el de las cifras, la clave de cualquier empresa.
Ahí, en la cuenta de resultados y en el balance de situación, todos son récords en estos días previos al examen anual que la legislación obliga a superar ante los accionistas. Apenas dos días antes, el miércoles, la eléctrica vasca dará a conocer los resultados del primer trimestre de 2023 y, salvo sorpresas, habrá señales de récord de beneficios, como sucedió al cierre de 2022. Un total de 4.339 millones de euros de beneficio neto, récord histórico, que permiten a la compañía eludir los alardes en torno a su ebitda, como hacen otras sociedades con menos lustre en la última línea del resultado. Y esa nueva cota de beneficios puede llegar a pesar de que el grupo tendrá que contabilizar ya el impacto del gravamen a las energéticas correspondiente al pasado año, que supera los 200 millones de euros.
Más de 77.000 millones
La empresa llega a la cita con otro récord, el de su valor en Bolsa, que esta semana pasada ha superado los 77.000 millones de euros tras mantener una senda constante de revalorización, que en su última etapa comenzó el pasado mes de octubre. Salvo un pico registrado en enero de 2021, cuando los títulos de la eléctrica alcanzaron la cotización de 12,50 euros por acción, los derechos de propiedad de la compañía nunca habían navegado como ahora en el entorno de los 12 euros. «La junta de accionistas no es un punto de llegada sino más bien uno de partida», apuntan en el seno de la compañía para reforzar la idea de que, pese a esas cifras en máximos y un plan de inversiones de 47.000 millones para el periodo 2022-2025, otro récord, el ambiente interno es de máxima presión para alcanzar niveles mucho más altos en los próximos años. Pese a las dificultades, Iberdrola mantiene Estados Unidos como uno de los puntos calientes de inversión en los próximos años y no pierden la esperanza de culminar la compra de PNM, una eléctrica por la que se comprometieron a pagar 10.000 millones de euros. El regulador del sistema eléctrico de Nuevo México se opuso a la operación pero la decisión va a ser revisada y analizada de nuevo en los próximos meses.
Problemas fuera
Desde la junta celebrada en junio del pasado año, Iberdrola y su presidente, Ignacio Galán, han despejado algunas incertidumbres que tenían tinte de problemas. Uno de ellos fue el archivo de la causa que se seguía contra él por la supuesta contratación ilegal de los servicios del excomisario Villarejo. Hace apenas unos días Iberdrola también ha resuelto otra de sus incertidumbres, ya que las tensiones con el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador en México amenazaban con el futuro de la actividad de la compañía en el país. El acuerdo por el que el Estado mexicano se queda con el 60% de la capacidad de generación de Iberdrola en el país -doce plantas de ciclo combinado y un parque eólico-, no solo le va a permitir continuar invirtiendo en energías renovables, sino que además va a mejorar la liquidez de la firma. El acuerdo supondrá el ingreso de 5.500 millones de euros e incluso el Gobierno mexicano se ha comprometido a incrementar esa cantidad con una tasa de interés del 3,6% hasta que haga efectivo el pago. La venta también aflorará una plusvalía que por el momento no se ha desvelado. Y los accionistas también tendrán su particular récord de remuneración. La junta aprobará el reparto de 0,31 euros por acción con cargo al beneficio de 2022.