El BCE modera la subida de tipos al 3,75% pero avisa de más alzas
Lagarde dice que es la mejor herramienta para enfriar el consumo y contener la inflación
Continúan los esfuerzos del Banco Central Europeo (BCE) para contener la inflación, desbocada a raíz de la guerra de Ucrania, con el único armamento que —insisten— puede evitar un desbordamiento mayor de los precios. La institución presidida por Christine Lagarde volvió a subir ayer los tipos de interés, pero a un ritmo más moderado que en las anteriores reuniones: 0,25 puntos, el mínimo posible, hasta situar el precio del dinero en el 3,75%. Se trata del mayor nivel de los tipos desde 2008, justo antes de que estallara la crisis financiera y la gran recesión de hace más de una década.
La decisión tomada ayer en Fráncfort supone una reducción en los incrementos de tipos, que hasta ahora habían sido de 0,5 puntos en cada nueva subida, y sigue el mismo camino que la Reserva Federal (FED) estadounidense, que el miércoles los incrementó en 0,25 puntos, situándolos ya a niveles de 2007.
Lagarde reconoció en su comparecencia ante los medios que los datos recabados con su reciente encuesta de préstamos fue «clave» en la toma de esta decisión. Ese documento muestra un endurecimiento «más fuerte de lo esperado» en los préstamos a empresas y las hipotecas.
El BCE continúa «muy focalizado», indica, en contener la inflación en el 2% a medio plazo y Lagarde insistió en que la moderación de las subidas de este mes no debe verse como una señal de se están «pausando» esta vía. En abril, subió una décima hasta el 7%.
«En el consejo gobernador todos tenían claro que subir los tipos era necesario. Esta decisión no supone que estemos pausando los incrementos y sabemos que aún queda terreno por cubrir», dijo tajante. La decisión, finalmente, se ha tomado «casi por unanimidad». Las principales diferencias de opiniones tuvieron que ver con si moderar o no las subidas de tipos. Los ‘halcones’ —Alemania, Austria, Países Bajos— mantienen una mayoría en el consejo del BCE y defienden aumentos más pronunciados, pero cedieron a cambio de que el organismo deje claro que continuará con esta hoja de ruta más allá de mayo. Los precios siguen desbocados en la Eurozona, alimentados por los costes energéticos. Y los signos de moderación de la inflación subyacente —la que excluye los precios de los alimentos y la energía— no son suficientes para el BCE, que insiste en que hará «todo lo necesario» para contenerlos.