El desplome del consumo mete a Alemania en recesión
Todos los organismos apuntaban a ello, pero aún no se tenía la confirmación que llegó ayer desde la Oficina Federal de Estadística de Alemania (Destatis): el país entró en recesión en el primer trimestre del año al caer su PIB un 0,3% de enero a marzo. En un primer momento la oficina estadística vaticinó un 0% de crecimiento, pero con los datos finales del trimestre ha confirmado que la caída del 0,3% de este trimestre después de haber caído un 0,5% en el cuarto trimestre de 2022 lleva al país a una recesión técnica.
«Después de que el crecimiento del PIB entrara en territorio negativo a finales de 2022, la economía alemana ahora ha registrado dos trimestres negativos consecutivos», confirmó este jueves Ruth Brand, presidenta de la Oficina Federal de Estadística, en un comunicado.
De este modo, la economía alemana ha registrado el peor comportamiento entre las grandes economías de la eurozona, ya que España e Italia crecieron un 0,5% y Francia lo hizo un 0,2%, según los últimos datos de la OCDE. En promedio, la zona euro avanzó un 0,1% y el PIB de Estados Unidos creció un 0,3% en el mismo periodo, lo que deja a Alemania alejada de las mayores potencias mundiales por el impacto de la guerra de Ucrania y la subida de los costes energéticos en su economía.
De hecho, en su análisis Destatis destaca el «lastre» para la economía alemana de las fuertes subidas de precios, que se reflejó especialmente en el gasto en consumo final de los hogares, que disminuyó un 1,2% en el primer trimestre de 2023. Esta mayor reticencia de los hogares a comprar se manifestó en el menor gasto en alimentos y bebidas, ropa y calzado en el primer trimestre respecto del trimestre anterior. Además, las familias alemanas compraron menos coches nuevos, lo que se debe, en parte, a la interrupción de las subvenciones para adquirir híbridos enchufables y la reducción de las subvenciones para vehículos eléctricos a principios de 2023.