El BCE evita poner un límite a la subida sin freno de tipos de interés

El foro del Banco Central Europeo (BCE) que se celebra estos días en Sintra (Portugal) sirve para captar la temperatura de la institución europea y hacerse una idea de cuáles serán sus próximas decisiones en materia de política monetaria. «Estamos centrados en combatir la inflación, que es demasiado alta y persistente. (…) Es altamente improbable que en un futuro cercano el BCE pueda decir que ha llegado al ‘pico’ de subidas de tipos de interés», aseguró este martes su presidenta, la francesa Christine Lagarde, en su discurso de apertura del evento, evitando poner un límite a las subidas que llevará a cabo el Eurobanco.

Desde la crisis provocada por la pandemia, los precios se han disparado «hasta un 11%», destacó Lagarde. Los ‘shocks’ económicos alimentados por la guerra en Ucrania, los problemas de suministro y el elevado coste de la energía, dispararon los precios en la Eurozona, que llegaron a su máximo en octubre de 2022 (10,6%). A pesar de que los datos más recientes muestran una moderación de la inflación —que se situó en el 6,1% en mayo, según la Oficina Europea de Estadística (Eurostat)—, «los ‘shocks’ se mantienen y los precios son más persistentes de lo esperado», incidió la francesa.

Por el momento, el BCE ha elevado los tipos de interés hasta el 4% y se acerca a niveles récord, no vistos desde la crisis financiera de 2008. En sus dos últimas reuniones el Consejo Gobernador de la entidad ha moderado estas subidas a 25 puntos básicos, frente a los 50 puntos de los meses anteriores. Sin embargo, Lagarde subraya que la institución seguirá aumentando los tipos «todo lo necesario» para contener la inflación por debajo del 2%.

Tras la última subida de tipos, en junio, Lagarde adelantó que «la posibilidad de parar las subidas no está sobre la mesa. No la hemos discutido porque tenemos trabajo que hacer». Y confirmó que el BCE volverá a incrementar el precio del dinero en su próxima encuentro, que se celebrará el próximo 27 de julio en Fráncfort. «Continuaremos con los incrementos de tipos en julio», apuntó.

La transmisión de las decisiones del BCE a la economía real no es instantánea, sino que tiene una demora de entre 18 y 24 meses. La institución europea ya ve los efectos de las subidas de tipos en el sector manufacturero y apunta que después serán patentes en el sector servicios y en las economías de los hogares. «Hay incertidumbre sobre cómo se transmitirán las subidas porque nunca se han producido a un ritmo tan rápido (…). Por eso nos basaremos en los datos más recientes a nuestra disposición para seguir tomando las decisiones necesarias», apuntó Lagarde.

La institución europea sigue con atención los datos sobre la inflación, la tasa subyacente —la que excluye el precio de la energía y los alimentos— y la fuerza con la que se transmite su política monetaria para guiar sus siguientes decisiones. Se trata, en definitiva, de encontrar el equilibrio perfecto entre «el nivel» y «la duración» de la política monetaria restrictiva, para reducir los efectos adversos en la actividad económica.