Las vacaciones más caras de la historia colgarán el cartel de ‘completo’
El sector no teme que los elevados precios frenen a los turistas
Más turistas que nunca pese a los precios más altos de la historia. Así de sencillo se podría resumir lo que España vivirá en el verano que acaba de dar su pistoletazo de salida este fin de semana. Los precios no darán tregua y después de un año de constantes subidas, los meses de julio y agosto tocarán cotas nunca vistas. Los restaurantes suben precios por el encarecimiento de las materias primas; los alojamientos siguen encareciéndose, con los hoteles un 20% por encima del verano prepandemia; y los transportes se dividen entre el coche y el tren algo más económicos por la bajada de los carburantes en un caso y la llegada de la competencia en otro, y el aéreo, con precios altos por la mayor demanda extranjera.
Será el verano más caro, pero ello no frustrará las ganas de viajar. Los datos indican que la demanda ha aumentado un 35% respecto al verano de 2019. El informe EMEA Summer Travel elaborado por Google y Rocket Digital revela que las búsquedas han alcanzado máximos históricos en España, situándose como el segundo país con mayor demanda mundial, solo por detrás de Estados Unidos.
Además, confirma que los precios turísticos se han encarecido considerablemente tras la pandemia, con tarifas aéreas alrededor de un 10% más caras que en 2019, alojamientos un 10%-15% por encima y los coches de alquiler, un 50%.
Aún así, la inflación está afectando porque el turista medio contratará vacaciones más cortas para gastar menos, pero viajará de todos modos. El profesor de OBS Business School, Joan Barceló, insiste en que los ciudadanos están dispuestos a invertir parte de sus ahorros y recortar gastos en otras partidas con tal de viajar.
Donde más se notará la subida de los precios turísticos será en el alojamiento. La noche media en hoteles, hostales, apartamentos y camping costará 158 euros, según las previsiones de Booking. En el caso de los hoteles, los precios están casi un 10% por encima de los registros del verano de 2019, según la patronal hotelera (Cehat).
Sobre esto, Ramón Estalella, secretario general de Cehat, argumentó el pasado viernes en la presentación de su informe que aunque los precios han subido un 9,7% desde 2019, el IPC lo ha hecho un 14,3%, por lo que «el fenómeno inflacionista se esta compartiendo entre el empresario y el turista».
Que los precios han subido es una realidad que Cayetano Soler, socio responsable de Turismo de la consultora PwC achaca a la demanda: «Los precios los marca el mercado y a mayor demanda los precios suben». En el mes de junio los hoteles ya tenían vendido el 52% de su oferta para el verano, dos puntos por encima del año pasado y 17 más que en 2019 por las mismas fechas, lo que supone que la ocupación superará el 80% en julio y agosto de media nacional.
No solo ha subido el precio de los alojamientos, también el comer fuera de casa. Algo lógico teniendo en cuenta que la materia prima de los restaurantes -los alimentos- están registrando subidas históricas. José Luis Yzuel, presidente de Hostelería de España asegura a este periódico que, pese a las graves subidas de costes, no han elevado mucho los precios: «En restauración cuesta mucho subir precios porque es un sector muy competitivo y en ocasiones hasta se conoce por el nombre a los clientes», señala. Yzuel reconoce que con esta alta demanda «entran tentaciones» de vender «un poco más caro», pero que en la mayoría de los casos se han mantenido precios o registrado leves subidas.
Llegar a los destinos también será más caro. Aunque las tarifas aéreas están alrededor de un 10% por encima, desde la Asociación de Líneas Aéreas (ALA) indican que hay subidas respecto a los años de la pandemia, pero se mantienen estables frente a 2019. Su presidente, Javier Gándara, recomienda reservar con más antelación para lograr precios asequibles.
El tren multiplicará por seis los viajes en julio y agosto, según datos de Trainline, sobre todo por «precio y comodidad».
Además de Madrid y Barcelona, donde más crecerá el número de turistas que llegan en tren será Valencia impulsada por la llegada de Ouigo e Iryo, además de los AVE, lo que ha hecho bajar los precios.