Diario de León

La banca cierra el grifo de las hipotecas pero acelera en crédito al consumo

La financiación a las familias ha caído en 13.700 millones en el último año

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La contracción de la financiación bancaria que se ha observado desde el inicio de la subida de los tipos de interés empieza a coger mayor tracción, con unas entidades cada vez más estrictas en sus requisitos para conceder préstamos y familias y empresas incapaces de asumir el encarecimiento de los mismos. El crédito total a los hogares cayó un 1,4% en mayo, hasta los 689.251 millones de euros. Y en el último año se ha reducido en más de 13.700 millones, según el Banco de España.

Además, hay una tendencia que empieza a consolidarse, con un auténtico cerrojazo en las hipotecas frente a una mayor apertura al crédito al consumo, del que las familias estarían tirando para poder llegar a fin de mes y, más recientemente, afrontar el periodo estival con algo más de holgura, aunque eso implique endeudarse más. Por segmentos, el frenazo inmobiliario provocó que el crédito hipotecario -que representa un 73,2% de la deuda total de los hogares- cayera en 13.000 millones de euros en mayo hasta los 504.601 millones.

Es cierto que esa reducción del saldo vivo respecto al año anterior también se debe a la amortización que muchas familias están acometiendo en sus préstamos para esquivar la subida del euríbor. Pero desde el sector indican que la mayor parte corresponde tanto a la caída de la demanda, como a la mayor restricción de la oferta.

El impacto de la inflación

Frente a este escenario, el crédito al consumo mantiene su resistencia con un crecimiento del 3,4% interanual, hasta los 96.208 millones de euros. No ha habido ni un solo mes en el ejercicio que se hayan registrado caídas, en un entorno de elevada inflación que ha obligado a tirar del ahorro de la pandemia para afrontar los gastos de las finanzas diarias y, para aquellos que no lo acumularon, optar por este tipo de crédito. Aun así, la restricción general es evidente. Y lo que hasta hace poco se limitaba al segmento de las familias empieza a trasladarse con dureza a las empresas. Tras seis meses consecutivos de descensos muy moderados, el crédito para estos clientes aceleró su caída al 3% en mayo (la mayor del ejercicio, con un saldo vivo de 468.029 millones de euros.

Ese cierre de la financiación, sumado a los mayores costes para hacer frente al pago de proveedores, amenaza ahora con retrasar posibles decisiones de inversión, especialmente en el segmento de las pymes, que copan el tejido productivo nacional.

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