El Gobierno modifica su escudo antiopas y lo adapta a la normativa europea
El Gobierno ha aprobado un real decreto que modifica la regulación actual de inversiones extranjeras en España e incluye cambios sobre qué empresas y qué operaciones han de contar con una autorización previa, aunque por el momento no se ha hecho públicos los detalles de esas modificaciones. El nuevo real decreto de Inversiones Extranjeras en España, aprobado este martes por el Consejo de Ministros y que aún ha de ser publicado en el BOE -donde se podrán consultar los detalles-, desarrolla el régimen de control de inversiones que fue implantado a través de la introducción del artículo 7 bis de la Ley 19/2003 en marzo de 2020, y que es conocido como el «escudo antiopas».
El texto aprobado a menos de 20 días de las elecciones generales introduce algunas «modificaciones técnicas» para adaptar a la legislación europea la norma española —que se impulsó a raíz del estallido de la pandemia de la covid-19 en 2020 para proteger a empresas estratégicas españolas y que luego se ha prorrogado hasta 2024—, según han explicado fuentes del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, que no ha facilitado más detalles.
La nota de prensa difundida por ese ministerio se limita a explicar que, con las modificaciones aprobadas hoy, la normativa de control de inversiones españolas es ahora más «clara, predecible y con mayor seguridad jurídica».
«La atracción de inversiones extranjeras a España ha sido un elemento fundamental en el impulso de la modernización de la economía y en la creación de empleo productivo, estable y de calidad», ha explicado el ministro de Industria, Comercio y Turismo, Héctor Gómez, al informar de esta medida.
Con esta nueva normativa el inversor extranjero podrá ahora «reducir las cargas y posibles trabas administrativas», al tiempo que «se reducen los plazos de respuesta y de resolución, que era una de las principales demandas de los empresas e inversores». Además de «establecer el tipo de empresas extranjeras y de operaciones que necesitan o no solicitar una autorización de inversión a la administración», el nuevo texto crea «una serie de exenciones al régimen de autorización previa» que tampoco han sido detalladas aún.
El plazo de resolución pasa de los seis meses actuales a tres meses, al tiempo que se prevé la posibilidad de consulta voluntaria, vinculante para la administración y con un plazo de respuesta de 30 días hábiles. También se mejora la calidad de las estadísticas del Registro de Inversiones Exteriores, adaptándose la normativa al estándar mundial, que está contenido en la «Definición Marco de Inversión Exterior Directa» de la OCDE. En marzo de 2020, el Gobierno aprobó un real decreto por el que exigía autorización previa por su parte de inversiones directas extranjeras realizadas por residentes de fuera de la UE.