La subida de la inflación europea da alas al BCE para elevar otra vez los tipos
A tan solo una semana de la próxima reunión del Consejo Gobernador del Banco Central Europeo (BCE), conviene mirar con lupa los datos más recientes sobre la inflación. Según la cifra definitiva publicada ayer por la Oficina Europea de Estadística (Eurostat) la inflación volvió a moderarse en junio y se situó en el 5,5%, lo que supone el mejor dato desde enero de 2022. No obstante, la inflación subyacente —la que excluye energía y los alimentos no elaborados— se revisó al alza (5,5%), y escaló dos décimas respecto a mayo, un dato que motivará una previsible subida de tipos del BCE.
La reducción de los costes energéticos (en un 5,6%) sigue siendo la principal razón de esta desaceleración de los precios de la Eurozona. El panorama es muy distinto al de hace un año, en junio de 2022, cuando el precio de la energía se situaba en el 42%, disparando la inflación a niveles récord.
La inflación sigue comportándose de forma muy dispar en los países del euro, lo que dificulta los intentos del BCE por contenerla por debajo del 2%. España y Bélgica se mantiene entre los países con menor inflación (1,6%), sólo por detrás de Luxemburgo (1%). El presidente español, Pedro Sánchez, celebró ayer en sus redes sociales el buen dato y lo atribuyó a que «las medidas del Gobierno funcionan».
Pero el dato que más preocupa al BCE es el que corresponde a la inflación subyacente. La escalada de junio hace prever una nueva subida de tipos de interés este mes. El precio del dinero se encuentra en el 4% y la entidad sigue defendiendo que elevar los tipos «es la mejor herramienta» para contener la inflación por debajo del 2%. Pese a todo, en sus últimas reuniones el BCE ha moderado estas subidas, lo que hace vislumbrar un posible final al ciclo de subidas.