La actividad económica en la Eurozona se frena por la caída de la demanda
La actividad económica sigue enfriándose en la Eurozona. Así lo demuestra el índice compuesto de gerentes de compra (PMI), que ha caído hasta los 48,9 puntos en julio (por debajo de los 50 puntos, lo que refleja su caída), su menor nivel en ocho meses. Este dato, unido a la inflación -que sigue siendo más alta de lo esperado- acaba de configurar el complicado rompecabezas que debe resolver el Banco Central Europeo (BCE), que se reunirá esta semana en Fráncfort para anunciar una nueva subida de tipos de interés.
El sector manufacturero es el que más está sufriendo la contracción económica, con una caída de la demanda que la sitúa en los 42,7 puntos, su mínimo en más de tres años. La presidenta del BCE, la francesa Christine Lagarde, ha reconocido que este sector es el más perjudicado por sus decisiones en materia de política monetaria. «El sector manufacturero está atendiendo una abultada cartera de pedidos pendientes, pero sus perspectivas están empeorando», apuntó Lagarde en mayo.
Precios en expansión
Los servicios, en cambio, continúan en expansión pero se ralentizan con 51,1 puntos frente a los 52 que marcó en junio. Los autores de la encuesta PMI subrayan que estas caídas generalizadas se deben a la reducción de la demanda, que ha afectado a los volúmenes de nuevos pedidos.
Todo sugiere por otro lado que las empresas intentarán por todos los medios a su alcance reducir su actividad total aún más en los próximos meses en respuesta al empeoramiento de las condiciones del entorno.
En cuanto a la falta de confianza de los consumidores, ya ha afectado a la contratación en julio y las compañías redujeron su contratación de personal.