El BCE ve suficiente el nivel actual de los tipos de interés para controlar la inflación
El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, considera que el actual nivel de tipos de interés es suficiente para controlar la inflación y lograr el objetivo del 2% si se mantiene el endurecimiento monetario suficiente tiempo. «Lo que están haciendo los bancos centrales es pasar de mirar el nivel de los tipos a mirar la duración de ese nivel de tipos de interés», señaló Guindos, que intervino en una jornada económica organizada por Kreab. No cuantificó cuánto tiempo será el «suficiente», pero sí reconoció que la traslación de las subidas de tipos a familias y empresas ha sido muy rápida y se ha reducido mucho la concesión y la demanda de crédito. Ahora falta ver la transmisión de la política monetaria a la actividad económica y cómo actúa ese endurecimiento en la actividad y en la evolución de los precios.
Normalmente, se tarda entre 12 y 24 meses en constatar plenamente los efectos de la política monetaria. En todo caso, el vicepresidente del BCE señaló que la inflación se ha reducido ya a la mitad (superaba el 10% hace un año y ahora está por encima del 5%), pero sigue estando lejos del objetivo y los riesgos son al alza.
Entre los elementos que presionan hacia arriba la inflación están la subida del precio del petróleo, la guerra tras la invasión de Ucrania, la depreciación del euro que también afecta a los precios y la evolución de los costes laborales, no tanto por subidas de salarios sino por reducción de la productividad. Sin embargo, a juicio del exministro de Economía, los márgenes empresariales, que subieron mucho en 2022, este año no lo harán porque los empresarios son conscientes de que la demanda se está reduciendo y absorberán parte de la subida de los costes laborales sin trasladarla a precios. Desde el BCE prevén que el crecimiento económico «va a ser débil en los próximos trimestres» y Guindos insistió en que hay «muchísima incertidumbre», también por la situación geopolítica. Asimismo, advirtió contra una política fiscal de los Gobiernos que sea «más expansiva de lo que debiera» y eleve los déficit públicos en 2024. Aquí se inscribe la recomendación para que los países retiren las medidas fiscales de ayuda contra la crisis energética y el encarecimiento de los alimentos.